Guerra da Independencia: o plan do noiés Tomás José Romero de Meier

XOSÉ COMOXO / XESÚS SANTOS

RIANXO

En 1810, dirixiuse ás altas instancias para aliviar as penurias que padecían os soldados españois

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Debido ás circunstancias polas que pasaba España en 1810, xa frustrado o intento dos franceses de apoderarse da nación, que esixían buscar novos plans, proxectos e propostas para contribuír ao ben xeral da poboación, moi deteriorado pola invasión, foron redactadas por personaxes singulares (incluso militares) diferentes ideas ao respecto, a cada cal máis dispar.

Un deses personaxes facía referencia, nun dos seus escritos, á urxente necesidade de buscar homes singulares para os empregos e comisións militares, homes «nacidos para el mando, y conocidos por sus talentos, patriotismo y carácter, y olvidar todo lo que es graduación y antigüedad...». Outro estaba por levar a cabo o bloqueo marítimo do porto de Barcelona (baixo o xugo tiránico do inimigo francés) e as costas inmediatas, dos barcos que intentasen introducir víveres ou municións. E outro dicía: «(...) el modo de preparar la victoria a nuestras Falanges consiste en remediar la relajación de las tropas para atraer el auxilio del Señor de los Ejércitos. Las bandadas de mujeres prostitutas que andan también en campaña causan a las veces más estragos que el Enemigo (...) deberían separarse de las tropas cuando estas tienen que combatir. La afeminación en el soldado lleva consigo la debilidad o cobardía...»

Houbo outra proposta, en xaneiro de 1810, que chamou a atención. A presentada por Tomás José Romero de Mier, de San Martiño do Obre-Noia (que chegou a casar, en 1835, coa sucesora da casa grande de Araño-Rianxo, Ramona Joaquina de la Vega y Calo, de Cespón, filla do capitán Juan de la Vega y Calo e María Luísa Caamaño).

En atención á miseria que padecían os soldados españois, e querendo servir á Patria, Romero de Mier, sacrificando o seu repouso e comodidade, dirixiuse ás altas instancias para proporcionarlles algúns medios «que juntos con los que tuvieren a bien determinar las sabias disposiciones de la Junta, le aliviaran al menos en mucha parte».

O plan

O seu plan era o seguinte: «Mandé hacer un petitorio al modo del de las benditas Ánimas, que representa a una venerable Matrona, vestida de luto, puesta de rodillas, las manos levantadas, mirando al cielo, llorosa, sobre una peana, en la que pongo la siguiente inscripción: La Madre Patria pide/a sus amantes hijos/la ayuden lo que puedan/en el presente aflicto».

Con este petitorio, «me derramaré por los pueblos y aldeas para juntar lo que me presente la caridad patriótica para las necesidades de nuestros ejércitos y para el bien de la Patria, sea dinero, espigas, lino, en fin cualquier cosa pues todo se vuelve dinero. Yo mismo fundaré en este pueblo, y en los inmediatos, de las personas de mayor conducta cristiana, una congregación de Hermandad de la Patria, vestidos todos a su cuenta de un mismo uniforme militar; cuyo instituto y ocupación será el mismo que el mío. Me entregarán todos los meses lo que se junte y yo lo haré llevar al Señor Gobernador de la provincia para que haga de estos caudales el uso que corresponda».

O resultado

Non dubidaba do bo resultado: «Las Madres y Padres que tengan hijos en el ejército presentarán gustosas lo que tengan. Muchos hombres no dan porque no se les pide, otros, si se les pide, dan gustosos un peso, y darán de mala gana una peseta por contribución; otros no darán un cuarto en dinero, pero darán, veinte o treinta en cosa que lo valga...».

Todas estas propostas, incluída a do noiés, quedaron esquecidas nos despachos. A aprobación e o beneplácito que suplicaba De Mier non tivo resposta, a pesar de que o seu plan era «en beneficio de la Patria».