El 80 % de la cosecha se concentra en el municipio de Mazaricos, que encabeza el ránking gallego del sector
21 may 2023 . Actualizado a las 20:56 h.Si todo va según lo previsto, en pocos días se dará por finalizada la campaña de siembra del maíz forrajero en territorio barbanzano, el trabajo agrícola más importante de cuantos llevan a cabo las explotaciones ganaderas. No en vano, el maíz se han convertido en el principal producto sobre el que se sustenta la alimentación de las vacas lecheras. Buena prueba de ello es que un animal de alta producción puede llegar a ingerir hasta 40 kilos diarios del ensilado de esta gramínea, cantidad que, de tener que ser sustituida por pienso, elevaría enormemente los costes de producción y condicionaría aún más la rentabilidad de las granjas.
Es precisamente su coste razonable —entre 2 y 3,5 céntimos por kilo obtenido— lo que explica que la superficie dedicada a este cultivo no deje de crecer cada año. En esta campaña se ha sembrado un 3 % más de superficie que el ejercicio pasado hasta sobrepasar las 4.000 hectáreas, la cifra más elevada jamás cosechada en la comarca. Casi el 80 % se siembra en fincas de Mazaricos —el principal ayuntamiento maicero de Galicia por delante de Castro de Rei y Santa Comba— y el resto se reparte entre Lousame y Outes a razón de 400 y 350 hectáreas, respectivamente. Una importante superficie de terreno que, en circunstancias normales, debería arrojar en el mes de septiembre —momento en que se inicia su recolección— una producción superior a las 30 toneladas por hectárea o, lo que viene siendo lo mismo, alrededor de 120.000 toneladas para el total del área barbanzana.
Dos amenazas
Durante los últimos años, la sequía registrada en el momento de floración, cuando forma la mazorca —la parte más valiosa debido al almidón del grano— y la actividad de los jabalíes provocó mermas importantes de la producción. Con todo, la gramínea sigue siendo un cultivo muy rentable para las granjas, muchas de las cuales no dudan incluso en alquilar fincas en otros municipios con el fin de poder aumentar su superficie sembrada.
«Agora mesmo sería impensable a produción de leite en boa parte de Galicia sen ter millo suficiente para alimentar as vacas. Porque se a soia, un dos principais compoñentes dos pensos, aporta proteína ao animal, do millo depende a achega de enerxía», apunta Marcos García, ingeniero agrónomo y asesor técnico de Bayer, primer fabricante mundial de semillas. Destaca el trabajo realizado por los ganaderos barbanzanos en la mejora de este cultivo: «Mellorouse moito a calidade das colleitas, tanto no referente á produtividade das sementes como na forma de conservar o ensilado, aspecto este último tan importante como o propio feito de ter unha boa colleita».
Habrá que esperar unos cuatro meses para conocer el fruto del intenso trabajo de laboreo y siembra que llevan semanas realizando los agricultores.