Inspecciones y cambios normativos pondrán orden sobre las terrazas

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Ribeira, A Pobra y Rianxo prevén revisar la regulación en beneficio de la hostelería

27 jul 2017 . Actualizado a las 11:55 h.

Terrazas sí, pero dentro de unos límites. Esta es la filosofía que impera en el área barbanzana en cuanto a la ocupación del espacio público por parte de la hostelería. Con la llegada del verano, las mesas y sillas proliferan en las plazas y calles. En algún caso, sobrepasando o forzando los márgenes establecidos al máximo, por lo que varios ayuntamientos de la comarca han tomado la decisión de poner coto a esta colonización y han ordenado a los agentes municipales que intensifiquen las inspecciones para tratar de evitar que se extiendan más allá de los metros cuadrados autorizados. Al mismo tiempo y, sin perder este objetivo de vista, los gobiernos de Ribeira, A Pobra y Rianxo tienen previsto revisar la regulación que rige sobre la actividad en beneficio de la hostelería.

Aunque en la zona no se prevén medidas extremas como la que se llevó a cabo en Ribadeo, donde hace un par de semanas el Ayuntamiento comenzó a pintar en el suelo el área máxima que podía ocupar cada terraza, sí habrá un «maior control» sobre su instalación y «de forma inmediata» en Muros, por ejemplo, especialmente en zonas sensibles como en el casco histórico, indica la alcaldesa, María Xosé Alfonso.

También e está previsto intensificar el control en Noia, al igual que se encarga de ello la Policía Local de Porto do Son, «sobre todo ao comezo da tempada estival, coincidindo coa montaxe das terrazas, para que deixen paso suficiente nas beirarrúas aos peóns», dice el mandatario, Luis Oujo.

Diversos problemas

Lo mismo sucede en Boiro, cuyo regidor subraya: «Lo que más nos preocupa es que no se invadan las zonas destinadas al tránsito peatonal y eso lo estamos vigilando, aunque es algo que ya empezamos a corregir hace tres años, con apercibimientos a los hosteleros que estiraban sus terrazas más de la cuenta, pero siempre hay quien coloca alguna mesa de más». Con todo, continúa Juan José Dieste, «el problema con el que nos encontramos ahora es que muchos hosteleros nos pedían el aplazamiento del pago, a pesar de tener una de las licencias más baratas».

En Boiro hay unas 380 mesas autorizadas y cada una de ellas paga por ocupar la vía pública unos 11,31 euros al mes. «Al día sale a 37 céntimos conque, si sirven un café, ya está amortizado el gasto», explica Dieste, cuyo Concello ingresó el año pasado por este concepto cerca de 31.500 euros.

Caso distinto es el de A Pobra, donde el ejecutivo está revisando la ordenanza tras recibir de la hostelería «a queixa de que esta é a taxa municipal máis cara da zona, quitando as que cobra Portos de Galicia», dice el mandatario. Xosé Lois Piñeiro comenta que en estos momentos su equipo está realizando un estudio comparativo, con la intención de hacer una rebaja en el precio y evitar duplicidades: «Aquí tamén hai unha taxa por toldo e non nos parece moi xusto que haxa quen teña que pagar por iso ademais de pola terraza».

Asimismo, con 63 terrazas en dominio municipal por las que se recaudaron en el 2016 unos 20.000 euros, el ejecutivo ribeirense tiene la intención en septiembre de simplificar la tramitación de autorizaciones (sobre todo cuando se trata solo de mesas y sillas). El cambio en Rianxo, apunta el regidor, Adolfo Muíños, vendría motivado porque «a ordenanza que hai non é moi flexible e os hostaleiros non son quen, a un ano vista, de planificar para que poida haber cambios».

Y, más por desregulación que por exceso, de celo planea su homólogo en Noia poner control sobre las terrazas en un municipio en donde la norma (en pesetas) era del año 1998 y unificar con ella los criterios sobre colores, materiales o anclajes en zonas sensibles como la Alameda o casco histórico.

La tasa cero sigue imperando en los tres municipios barbanzanos con menor población

Donde los propietarios de las terrazas no tienen problemas con los impuestos municipales por la ocupación de la vía pública es en Carnota, Mazaricos y Lousame, básicamente, porque sigue imperando en los tres concellos con menor población de Barbanza la tasa cero y los hosteleros no pagan absolutamente nada por sacar las mesas y sillas a la calle.

El regidor carnotano, Ramón Noceda, indica que «a presenza de terrazas non supón para nós un problema, porque practicamente todas están en propiedade privada e non soe haber conflito pola ocupación da vía pública». Y algo parecido sucede en los municipios más rurales, donde todavía queda mucho espacio libre al que sacar partido.

Frente a los anteriores, el ayuntamiento de Outes se ha pasado al lado de los que cobran. Hay 16 terrazas autorizadas en dominio municipal (una más que el año pasado), pagan una tasa de 12 euros por metro cuadrado y, de media, ocupan unos 20 cada una.