«A las personas con discapacidad se las trata como si no supieran hacer nada»

Ana moas / A.?G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

carmela queijeiro

La estudiante de periodismo ribeirense y voluntaria en Ambar firma que todavía falta normalización y, sobre todo, educación en casa y en colegios

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo primero que llama la atención de Laura Dalama Veiga son sus expresivos ojos claros y su continua sonrisa. Una persona tranquila, que se muestra fascinada por el trabajo que la asociación Ambar lleva a cabo a nivel social y en la que esta joven ribeirense de tan solo 18 años colabora como voluntaria.

«Todo comenzó hace un par de años», afirma Dalama, que ya había formado parte del voluntariado de alguna que otra organización solidaria de la zona. Fue entonces cuando su madre y su entrenador de boxeo empezaron a cooperar con Ambar a través de sus respectivas profesiones y la animaron a que ella hiciese lo mismo, lo cual considera todo un acierto: «Es algo que me gusta y que me llena, desde luego», dice la barbanzana.

Una de las cosas a las que atribuye más importancia dentro de la labor social que realiza la entidad es el ansia por normalizar la situación de las personas con diversidad funcional: «Me parece fundamental que normalicen una realidad que ya debería estarlo. La gente los trata como a niños pequeños o como a personas que no saben hacer nada».

Sus funciones en el centro son variadas: se encarga de la parte audiovisual, hace los vídeos promocionales del grupo de teatro y de otras actividades, y también ayuda a los monitores. «El primer día que entré aquí habían ido a grabar por las calles de Ribeira. Allí un señor les dijo que las personas con discapacidad y las mujeres no debían tener los mismos derechos que el resto. Me sentí impotente al no poder cambiar su pensamiento», relata la ribeirense.

Laura, estudia Periodismo en la Universidade de Santiago y habla satisfecha de su primer año: «El periodismo te da una visión global de todo y, además, me encanta la fotografía. No tengo claro en qué trabajaré, pero sí sé que esto es lo quiero estudiar», comentaba la ribeirense, y añadía que «no fue difícil compaginar los estudios con mi voluntariado. Nunca me ponen problema, aviso y me vengo».

Un centro multidisciplinar

Actualmente Ambar cuenta con unos sesenta usuarios, todos ellos adultos, quince monitores y algunos voluntarios y alumnos en prácticas. La formación que reciben es muy variada y completa. Dan clases de historia, gimnasia, matemáticas, castellano, gallego o pintura. Imparten también talleres de encuadernación y de mimbre, de collares y bufandas, etcétera. Asimismo, la organización colabora con institutos y centros de formación profesional de la comarca haciendo intercambios, en los cuales los propios miembros de la asociación se convierten en los protagonistas.

El grupo de teatro es conocido en la zona, ya que trabaja en creaciones que luego escenifican en diferentes auditorios de la comarca: «El viernes pasado tuvieron el preestreno de su nueva obra, en Xuño», recuerda Dalama Veiga.

Por la diversidad

La joven estudiante considera que todavía falta mucho por hacer: «Se necesita educación, algo que tiene que venir de casa y del colegio», comenta. Además, destaca que la normalización es necesaria y que «existen muchos prejuicios, y ellos solo quieren dar y recibir cariño».

Una de las actividades más representativas organizada por Ambar el mes pasado, es la Romería por la diversidad, que abarca diferentes temáticas con un mismo objetivo: «Intentan cambiar la visión». Ahora, todo el centro se prepara para una fiesta prometedora para despedir el curso y dar paso a unas merecidas vacaciones que durarán todo el mes de agosto.

Un poco de Laura. Esta joven ribeirense estudia Periodismo por la Universidade de Santiago. Y a pesar de que ya había trabajado de voluntaria en asociaciones solidarias, tiene claro que colaborar con Ambar ha sido todo un acierto. Sobre su futuro profesional, todavía no tiene claro en lo que le gustaría trabajar el día de mañana.