Cómo realizar un filme en lengua de signos y triunfar en el intento

Víctor Rodríguez

BARBANZA

Llega a la cartelera con la aclamación de la crítica, del público y de los festivales de cine

06 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

2014 • Ucrania • Myroslav Slaboshpytsky • Grigory Fesenko (Sergei), Yana Novikova (Anna) y Rosa Babiy (Svetka) • Existen diferentes formas de poder hacer llegar una película a los espectadores de todo el mundo para que no pierdan el hilo de la trama, todas ellas en mayor o menor medida modificaciones de la obra original: desde facilitarle los subtítulos en su idioma, hasta añadir una voz superpuesta o realizar el doblaje. Como afirma Slaboshpytskiy, «siempre he creído en la universalidad del lenguaje del cine, y los diálogos y los subtítulos cambian la forma en la que las diferentes audiencias perciben la película».

El primer largometraje de Myroslav Slaboshpytskiy tras ganar con el corto Nuclear Waste (2012) el Leopardo de Plata en Locarno, se centra en Sergei, un adolescente sordomudo que ingresa en un internado especializado en donde, para sobrevivir, necesitará ganarse un lugar dentro de la jerarquía de una organización salvaje, violenta y criminal: La Tribu.

Sin subtítulos

Carente de diálogos en lenguaje oral y sin valerse de subtítulos, los actores se comunican mediante lengua de signos. «En todos los sentidos, este es un homenaje al cine mudo. El objetivo principal era hacer una película muda realista y natural, que se pudiera entender fácilmente sin palabras. Encuentro la lengua de signos fascinante y quería compartir ese sentimiento con el público. La gente que habla usa solo los músculos faciales para pronunciar, mientras que una persona sordomuda usa todo el cuerpo para comunicarse, y eso es lo que la hace única y extremadamente interesante», comenta el director.

El cásting duró alrededor de un año, principalmente a través de las redes sociales, muy populares entre las personas sordomudas. Los actores no son profesionales, son niños de la calle, la mayoría de familias pobres y necesitadas. Myroslav destaca que «esta es una película sobre gente muy joven, la cual es capaz de albergar sentimientos fuertes y puros. Uno no necesita palabras para expresar estas emociones. The Tribe es una historia sobre la entrada en la vida adulta en un mundo cruel».

Tras el impacto generado a la crítica y al público en su estreno en Cannes, la película ha sido seleccionada por 75 festivales y le han otorgado una treintena de premios, entre ellos el Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes, el premio FIPRESCI en los Premios del Cine Europeo y el Premio Experimenta en Sitges.

Darren Aronofsky, director de Réquiem por un sueño (2000), tras ver The Tribe en el Festival de Toronto aseguró que «el cine no volverá a ser lo mismo».