Broche con sol y dos escenificaciones de la Resurrección

sande / m.x.b. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Por cuarto año, en O Son se escenificó el reencuentro de Jesús Glorioso con su madre.
Por cuarto año, en O Son se escenificó el reencuentro de Jesús Glorioso con su madre. carmela queijeiro< / span>

La Palomita congregó a cientos de personas en Muros, mientras en O Son se consolida el desfile del Glorioso

28 mar 2016 . Actualizado a las 13:03 h.

La lluvia obligó el viernes, la jornada estrella de la Semana Santa barbanzana, a celebrar a cubierto varios actos, pero el sol lució ayer en el cielo para que los vecinos pudieran poner el broche a la fiesta religiosa por excelencia. En casi toda la comarca, el cierre fue a golpe de misas, excepto en Muros y en Porto do Son, donde la Resurrección de Cristo se escenificó por todo lo alto y con lujo de detalles.

Por tradición y número de espectadores, el centro de la diana fue la Praza do Curro muradana, donde cientos de personas se arremolinaron para asistir a la procesión de La Palomita. El momento álgido fue, como siempre, cuando un ángel -una niña que descendió del cielo en un enorme globo con la ayuda de una cuerda- anunció a la Virgen María que su hijo había resucitado. La suelta de palomas desde distintos puntos rompió el silencio que había imperado durante la emotiva representación.

Dio comienzo entonces una procesión encabezada por cinco imágenes, tras la incorporación del Cristo Resucitado. La comitiva caminó hasta el interior del templo parroquial, donde tuvo lugar una misa. Destacable fue la participación de la banda Calleira.

Difícil calcular la cifra de personas que se dieron cita en O Curro o hacer comparaciones con años anteriores, pero muchas voces coincidían al apuntar hacia un mayor número de espectadores. Puede que la cancelación de las procesiones el viernes dejara a los vecinos una sed de fe que ayer tuvieron ocasión de apagar.

Camino de la tradición

Solo tiene cuatro años de vida, pero la representación de la Resurrección va camino de convertirse en una tradición en Porto do Son. Esa es la aspiración que tiene la Cofradía da Paixón do Noso Señor. Su hermano mayor, Juan Pouso, comentaba ayer con satisfacción que la procesión se está consolidando y despierta más interés en cada edición.

Y ayer brilló, si cabe, más que nunca, gracias a la tregua que dio el mal tiempo de las dos jornadas anteriores. Una treintena de personas portaron las tres imágenes que participaron en el desfile. El momento destacado fue cuando Jesús Glorioso se reencontró con su madre, la Virgen de los Dolores, al son del Aleluya interpretado por la banda de Caldas. Media docena de chiquillos leyeron los diferentes relatos.