Rescatan el cadáver del patrón del barco de Boiro hundido ayer en Corrubedo

María Hermida
María Hermida RIBEIRA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Salvamento ha anunciado el hallazgo del pecio del «Paquito Nº Dos», tras la segunda inmersión de los buzos, y el rescate del cuerpo de Germán Fernández. La «Salvamar Regulus» lo ha trasladado a Ribeira. Hay dos tripulantes desaparecidos

18 dic 2014 . Actualizado a las 00:30 h.

La búsqueda del bateeiro Paquito Nº Dos, que naufragó el martes en aguas de Corrubedo cuando viajaba hacia Muros, ha dado su fruto. En su segunda inmersión de la jornada, los buzos localizaron antes de las cuatro y media de la tarde el pecio. Y poco antes de las cinco Salvamento Marítimo anunció el rescate del cadáver de uno de los tres tripulantes del barco, hallado a cuatro millas de la isla de Sálvora, en la desembocadura de la ría de Arousa. Se trataba del cuerpo de Germán Fernández, el patrón de la embarcación. Fue avistado por el helicóptero de la Guardia Civil flotando en el agua. La Salvamar Regulus trasladó el cuerpo al puerto de Ribeira, donde aguardaban varios familiares. Germán Fernández fue identificado por uno de sus hermanos.

Sobre los otros dos tripulantes del barco, de momento, no hay noticias. Los buzos de Salvamento Marítimo en una nueva inmersión consiguieron acceder al puente del Paquito Nº Dos, cuyas puertas estaban abiertas. No había cuerpos en el interior. La búsqueda continuará por tierra hasta la noche.

Un cabo y una mancha de aceite

La mañana había pasado lenta, tremendamente lenta, en Corrubedo. Nada más romper el día, empezaron a llegar numerosas personas al entorno del faro y de todo el litoral de esta zona de Ribeira. Se reunieron allí un buen número de medios profesionales (desde policía y Guardia Civil hasta Protección Civil y GEAS, amén de las lanchas y los medios aéreos de Salvamento Marítimo) pero también se juntó un enorme ejército de voluntarios. Familiares, amigos, vecinos y numerosas personas relacionadas con el mar acudieron a la zona. Algunos lo hicieron con prismáticos y recorrieron las piedras para ver si encontraban restos. Otros incluso se montaron en lanchas o barcos privados para ayudar a peinar el mar. Y muchos otros se limitaron a apoyar a los hijos y hermanos de los desaparecidos. La zona del faro de Corrubedo se fue convirtiendo en una sala de duelo improvisada.

Sobre las once de la mañana, cuando la avalancha de personas y coches en el faro era tal que ya se había cortado el acceso rodado, se dijo primero que se había localizado el barco. Al irse conociendo esa novedad, no había alegría. Pero sí un cierto alivio porque eso suponía que había más posibilidades de encontrar a los desaparecidos. Luego se supo que, en realidad, lo que se encontró fue un cabo que se cree que es del barco. Y también una mancha de aceite. Todo ello en una zona próxima al faro de Corrubedo de unos 38 metros de profundidad y en torno a una milla de la costa. El operativo de búsqueda puso entonces toda su esperanza en los buzos. «Teñen que baixar os submarinistas, a ver se son capaces de atopar o barco, o que pasa que o mar está mal, a ver o que poden facer», se decía entonces en todos los corrillos.

Sobre las 13.30 horas, y tras una espera que se hizo eterna para quienes encima de las rocas miraban una y otra vez al mar, los buzos, tanto de Salvamento Marítimo como de la Guardia Civil, estaban ya en las proximidades del barco preparados para actuar. Conforme empezaron a trabajar en la zona, corrió como la pólvora la noticia de que apareció una maquinaria propia de un barco bateeiro, lo que podría indicar que la embarcación, efectivamente, está donde se busca. Y, sobre las tres de la tarde, se confirmó la noticia. La primeira inmersión de los buzos sirvió para encontrar la tolva de la embarcación (la máquina típica de los barcos bateeiros, una especie de embudo gigante donde se almacena el bivalvo), el rizón y también una cantidad importante de mejillón. Después los submarinistas volvieron a bajar y hallaron el pecio. Y poco después los medios de rescate localizaron el cuerpo de uno de los tripulantes. Se trataba de Germán Fernández. De Santiago Blanco y de Antonio Hermo de momento no hay noticias.

A última hora de la noche, el operativo de búsqueda se limitaba a una embarcación de Salvamento Marítimo y a otra de la Xunta, que permanecían fletados para estar disponibles en el caso de que un barco de pesca de la zona se encontrase algún otro resto.