La mejora del vial de Laranga a Olveira y su historia interminable

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

monica ferreiros

La obra, que ya acumula un considerable retraso, se eterniza

15 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay desenlaces que se hacen de rogar, y el de la obra de mejora que se está ejecutando en el vial provincial CP-7103 que une los núcleos de Laranga (en Porto do Son) y Olveira (Ribeira) por Seráns es uno de ellos. De hecho, en este caso, el mismo inicio se hizo esperar durante años, y ahora que parecía que todo estaba encauzado para ver por fin el resultado de tantas gestiones después de incontables promesas rotas, la historia de la carretera se confirma como interminable. Hace más de un año que comenzaron los trabajos y en buena parte del trazado queda todavía mucho por hacer. Para desesperación de los vecinos.

Contaba uno de los residentes a orillas de este vial que la actuación no está discurriendo con la agilidad que a ellos les gustaría: «Agora están traballando, e veñen todos os días, pero a obra estivo moito tempo parada porque marchou a empresa, logo veu outra... E agora parece que arrinca».

Efectivamente, después de sortear múltiples contratiempos, de contar con partidas para su ejecución que después se diluyeron quedando en nada, de superar las discrepancias y el malestar de los vecinos por las expropiaciones... Después de todo eso y cuando parecía que ya no podría haber más obstáculos, una de las empresas que acometía la actuación entró en concurso de acreedores.

Seguir el proceso

Lo explicaban fuentes de la Diputación, titular de la carretera. Proyecta, encargada de ejecutar el tramo que lleva más retraso, en la zona de Seráns, entró en concurso, así que hubo que seguir el lento proceso para estos casos: esperar a que se nombrase un administrador concursal, rescindir el contrato con la firma y contratar de nuevo la obra a una nueva empresa.

En ese tiempo, la actuación permaneció paralizada, y las diferencias con el tramo en el que siguieron los trabajos son evidentes. En este trecho, el más próximo al enlace del vial con la carretera comarcal AC-550 en Xuño, ya se ha asfaltado y se puede circular perfectamente, mientras, unos kilómetros más allá, parte de la calzada sigue siendo de tierra.

La frontera entre una parte y otra de la vía la marca un puente que salva un riachuelo. En este punto, y tal como apuntaban vecinos de la zona, la actuación también está parada. No por mucho tiempo, según cuentan en el organismo provincial. Al parecer, Augas de Galicia está tramitando la autorización para que puedan retomarse los trabajos en este lugar. El permiso ya está a exposición pública, así que se espera que se conceda en cuestión de un par de semanas.

Eso sí, subrayan en la Diputación, los trabajos continúan en otros puntos del trazado, para tranquilidad de los residentes, que llevan más de un año con la carretera que pasa por delante de sus casas y fincas patas arriba.

Expropiaciones con polémica

No en vano, hace doce meses por estas fechas, los vecinos estaban en pie de guerra debido a las expropiaciones para ensanchar el vial, en el que en otro tiempo a duras penas podían cruzarse dos coches por su estrechez y que cuando rematen los trabajos tendrá unos 14 metros de amplitud. La mejora de la vía supuso el derribo de cierres y muros y se llevó por delante accesos a fincas y viviendas.

Hubo diversas reuniones y poco a poco, la mayoría de estos problemas se fueron solucionando, en unos casos con más dificultad que en otros. De hecho, hace solo unos días que se derribó el cierre de una vivienda en el término sonense.

Mientras tanto, los vecinos siguen expectantes el desarrollo de una actuación de la que ya se hablaba, con partida presupuestaria incluida, en los años 90 y a la que todavía le queda un tiempo para quedar rematada. Sobre cómo quedará, no falta quien muestre algunas dudas, sobre todo por el tipo de firme elegido: «Aquí aínda non chegaron, pero polo lado de Xuño están deixando todo con grava e eu penso que era mellor que botaran aglomerado porque iso coa chuvia a ver o que aguanta».

Hace un año, los vecinos protestaban por las expropiaciones para la actuación