El arquitecto Carlos Coto impulsa una campaña contra el feísmo urbanístico

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

El rianxeiro logró ya 500 firmas para que la medida se incluya en la Lei do Solo

10 feb 2014 . Actualizado a las 10:43 h.

El arquitecto rianxeiro Carlos F. Coto, que el pasado verano promovió con gran éxito una recogida de firmas para que el patrimonio artístico de las antiguas cajas de ahorro gallegas fuese declarado bien de interés cultural, capitanea ahora otra iniciativa que está directamente vinculada con la reforma de la Lei do Solo que se está tramitando. Su intención es que el nuevo texto incluya un apartado sobre el feísmo urbanístico y que, al mismo tiempo, incorpore medidas auxiliares para prevenir y corregir los actuales desmanes.

De nuevo, este profesional busca la implicación de la ciudadanía y ya ha logrado reunir unas 500 firmas a través de change.org. Su propósito es remitir los apoyos que consiga al conjunto de partidos políticos representados en el Parlamento gallego.

El arquitecto indica que ha dado el paso alentado por el propio conselleiro de Territorio, Agustín Hernández que, explica, instó a los partidos políticos a aportar ideas en la confección de la nueva ley con el propósito de redactar una normativa más ajustada al territorio.

Quienes deseen suscribir la propuesta pueden hacerlo desde Facebook, Twitter o en www.change.org/petitions/parlamento-normativa-contra-o-maltrato-do-territorio-feísmo.

Base de datos digital

Carlos F. Coto no solo invita a los ciudadanos a implicarse en la lucha contra el feísmo, sino que también realiza una serie de propuestas con el fin de conseguir una mayor participación de todos para mitigar los casos ya existentes.

Así, sugiere la creación de una base de datos digital de acceso público, de forma que cualquier ciudadano, incluso anónimamente, pueda informar sobre los casos de feísmo que detecte. En este sentido, cree que pueden aprovecharse las redes sociales e, incluso, habilitarse un teléfono gratuito.

El arquitecto subraya que no puede pretenderse lograr un turismo de excelencia, basado tanto en el patrimonio como en el paisaje, «y mostrar fachadas sin terminar o galpones adosados a hórreos». En el plano urbanístico, indica que tampoco constituye una buena imagen sustituir casas antiguas por edificios altos «marbellizando la costa».

Por eso, considera que deben aplicarse fuertes sanciones coercitivas para reparar los daños e, incluso, ampliar el ámbito de actuación de la agencia urbanística (APLU).