Rianxo estrenará la nueva virgen sin renunciar a que vuelva la de Tanxil

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La talla de A Guadalupe, realizada en bronce, ya está colocada en Quenxo

07 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Hoy es un día grande en Rianxo porque comienzan las celebraciones en honor de A Guadalupe, pero la víspera del arranque también fue importante. No en vano, ayer por la tarde se colocó en su pedestal la nueva virgen que, a partir de ahora, venerarán los rianxeiros en la procesión marítima de cada septiembre. Por la mañana, el autor de la talla en bronce de A Moreniña, Bert Gerresheim, explicó los detalles de su obra en un acto en el que quedó clara una cosa: nadie renuncia a que la virgen de Asorey que presidía la playa de Tanxil vuelva a ocupar su lugar.

El propio Gerresheim, que estuvo acompañado por el rianxeiro Francisco Ces, que trabaja con el artista alemán y fue quien le descubrió Rianxo, recalcó que su virgen no pretende sustituir a la de Asorey porque «sería imposible», y que tampoco es una copia de A Guadalupe que abandonó su pedestal en Tanxil en el 2005. Asimismo, aseguró que para él sería «un orgullo que os veciños de Rianxo aceptaran a esta Moreniña».

El presidente de la comisión de fiestas y uno de los grandes impulsores de la instalación de una nueva virgen en la playa de Quenxo, a escasos metros de donde estaba la de Asorey, agradeció, por un lado, las aportaciones de los vecinos para financiar la obra y, por otro, a Gerresheim y a Ces el trabajo que realizaron de forma desinteresada. Ramón Iglesias recalcó que los escultores no cobraron por su trabajo y que el coste de la imagen es por el transporte desde Alemania y el trabajo de la fundición.

«Do pobo»

Iglesias también animó a los vecinos a participar, mañana, en la inauguración de la talla: «Esperamos algún día ver tamén á outra virxe no seu pedestal, hai sitio para todas. A outra era privada, pero esta é do pobo e non hai quen nola saque». Por último, el alcalde dijo que el Concello no renuncia «a que virxe de Asorey volva ao lugar do que nunca debeu marchar».