El escaparate helado de Cocoe:  «Todas mis clientas son unas reinas; mujeres reales que se merecen un homenaje»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Ana Ordóñez ha apostado al blanco en la decoración de su tienda, en la que los adornos fueron hechos por ella misma

16 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años, en la calle Rey Daviña los villancicos no paraban de sonar durante la Navidad. Los peces bebían en el río y los pastorcillos caminaban hacia Belén sin descanso mientras duraban unas fiestas vitales para el comercio local. Cuentan que fueron las quejas de algunos vecinos, hastiados con tanta alegría navideña, las que apagaron la banda sonora del mes de diciembre. Ana Ordóñez, la responsable de la tienda de moda Cocoe, echa de menos aquel soniquete. De hecho, nada más abrir la puerta de su comercio, se dejan sentir las alegres notas de unos villancicos menos tradicionales, más modernos. «A mí me encanta la Navidad», dice resuelta esta empresaria que es todo carácter.

Y tanto que le gusta: año tras año se esmera para convertir sus escaparates en un canto a estas fiestas. «El año pasado hice un escaparate con 3.200 bolas, en rojo y dorado», dice. «Pero este año, después de tantas Navidades coloridas, me apetecía una Navidad blanca». Y ahí está su escaparate de este 2023, en el que las prendas de la tienda han cedido su lugar a cuatro vestidos diseñados por Ana para la ocasión. Son cuatro vestidos blancos, dignos de las Reinas del Hielo que ha decidido convertir en protagonistas. «Todas mis clientas son unas reinas, y este escaparate, de alguna manera, también quiere ser un homenaje para ellas», dice la responsable de Cocoe.

Los maniquíes sobre los que se deslizan los modelos cosidos minuciosamente por Ana representan, como ya ocurre durante todo el año, a las mujeres reales. Algunas más delgadas, otras menos. La tienda, al fin y al cabo, aspira a ser un armario en el que todas las mujeres puedan encontrar una prenda que se ajuste a sus gustos y a sus cuerpos. «Yo no tengo una tienda en la web, porque la gente, sobre todo la que lleva talla, quiere probar la ropa, tocarla, ver como le queda», dice una comerciante que, sin embargo, tiene una buena cartera de clientas esparcidas por todo el territorio nacional. «Es gente que ha estado aquí en alguna ocasión. Le hago una ficha y eso me permite saber qué tipo de piezas o de corte le quedan bien», explica esta paje de los Reyes Magos, que ya tiene muchos paquetes listos para enviar.

Pero volvamos al escaparate, a esos cuatro vestidos blancos que hay quien ha llegado a confundir con vestidos de novia. Uno de ellos lleva cientos de hojas de hiedra pegadas a mano. Otro está aderezado con ramas de un arbusto del jardín de Ana. Las reinas llevan coronas elaboradas a mano, con silicona disfrazada de hielo, y cetros. «Hasta el árbol que hay en la entrada lo hice yo», dice Ana con la sonrisa que lucen las personas satisfechas con el trabajo realizado. «La verdad es que estoy muy orgullosa de como ha quedado todo». El escaparate es, también, un regalo que desde la tienda se hace a la calle comercial por antonomasia de Vilagarcía. Una calle en la que este año la Navidad parece generar menos movimiento que de costumbre.