Los jubilados reclaman espacios propios para su ocio y formación

Bea Costa
bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

El club de la casa del mar de Vilagarcía teme quedarse sin local por las obras, en Cambados siguen con goteras, y Vilanova va a ampliar

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La estadística es implacable. La población gallega está cada vez más envejecida y con ello crecen las necesidades de este segmento de la población en muchos ámbitos: sanitario, servicios sociales, ocio... En lo que respecta a este último campo, la comarca dispone de una amplia red de centros destinados a la tercera edad en los que los usuarios encuentran un lugar de reunión, donde leer la prensa, jugar a las cartas, asistir a cursos de formación y bailar. Su propiedad y gestión está distribuida entre varias administraciones. Los hay de la Xunta, caso de los de O Ramal y Vilaxoán, en Vilagarcía; otros dependen directamente de los concellos, como ocurre en Vilanova y A Illa, y también funcionan en las casas del mar, del Instituto Social de la Marina (ISM), como ocurre en Cambados y en Vilagarcía.

En este último caso podría haber mudanza en poco tiempo. La casa del mar está pendiente de una reforma y esto obligará a desalojar al club de jubilados que tiene allí su sede. Pero no se van a ir sin más. El presidente del club, José Cao, avanza que le van a exigir al ISM que les ceda un local alternativo mientras duran las obras para poder continuar con las actividades que desarrollan allí a diario. «No somos muebles, somos personas mayores y vamos a exigir que se nos trate como tal», señala. Este club de jubilados, que aglutina a media millar de socios, constituye, junto al centro de O Ramal, el principal referente para los jubilados de la ciudad a la hora de ocupar su tiempo. El edificio situado al inicio de la avenida Rosalía de Castro ha dejado de ser un centro exclusivo para la tercera edad pero siguen siendo los mayores quienes más lo usan. Abre todos los días y su oferta de actividades es amplia y diversa: desde cursos de calceta, pasando por yoga, a talleres de memoria. Como ocurre en el centro de Vilaxoán, que también depende de la Consellería de Política Social, el acceso es gratuito pero la mayoría de las actividades son de pago.

No en todos los municipios hay clubes de jubilados pero eso no impide que los concellos habiliten locales para este colectivo. El de Vilanova compró hace años un bajo frente al jardín Umbrío para que los mayores tengan un lugar propio y acaba de comprar otro local anexo, para ampliar las instalaciones. Porque, como decía días atrás el alcalde Gonzalo Durán, los abuelos no solo demandan echar la partida, bailar un pasodoble y ver el partido en la televisión; las necesidades cambian, y los hábitos, también. Que se lo digan si no a los jubilados de O Grove, que fueron de los primeros en organizar cursos para aprender a manejar el teléfono móvil y asisten a clases de inglés.

Este tipo de centros suelen funcionar todos los días, algunos abren mañana y tarde, y los menos, como el de A Illa, solo por la tarde. Generalmente están bien dotados, pero no faltan las carencias. En la casa del mar de Cambados hay goteras cuando llueve pero eso no les impide, de momento, que suene la música los domingos.

Vilagarcía: En la casa del mar y en O Ramal. En las instalaciones del ISM, al lado del auditorio, hace medio siglo que el club de jubilados tiene un espacio para leer la prensa, jugar a las cartas y echar un baile. Por otra parte, los centros situados en O Ramal y Vilaxoán, que tutela la Xunta, ya no son solo para la tercera edad pero los mayores siguen usándolos para asistir a cursos y para ensayar.

Cambados: Pendientes de los arreglos. El local de la casa del mar hace aguas, y la reparación sigue sin llegar. Los jubilados del municipio tienen otro local para bailes y cursos en A Mercede, en mejor estado.

Vilanova: Obras tras el verano. El Concello compró un local anexo a la actual sede y después del verano iniciará las obras para ampliar las instalaciones en las que celebrar cursos y mejorar la oferta de ocio. 

O Grove: Más de setecientos socios. El club está entre los más numerosos de Galicia y en su sede celebran numerosas actividades todo el año, desde cursos de manejo del móvil a aprender a tocar la pandereta.

A Illa: Ahora, en la calle Castelao. El local que ocupaba el club de jubilados en la casa del mar se va a utilizar para ampliar el centro de salud y su sede se ha desplazado a un local del centro del pueblo.