Vacaciones de verano solidarias

ENRIQUE HUETOS VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Una veintena de jóvenes colaboran con Cáritas durante la época estival

25 jul 2014 . Actualizado a las 06:56 h.

El tiempo, esa magnitud tan preciada porque no se puede recuperar. Puedes perder dinero apostando a la lotería pero tal vez lo puedas compensar con unas horas extras o quizás corras más suerte jugando a la quiniela. En cambio, el tiempo perdido se quedará ahí, y ya no volverá como las gaviotas de la canción de Duncan Dhu. Decía el empresario y filósofo William Penn, también fundador de la provincia de Pensilvania, que «el tiempo es lo que más queremos pero lo que peor usamos». Pese a que es una norma general, existen muchas excepciones a la misma. No hay que irse muy lejos para encontrarla; de hecho, ni siquiera necesitas salirte de Arousa.

En la comarca, por ejemplo, unos 20 chicos y chicas han pasado unos días trabajando de manera altruista. Proceden de Asturias, León y también de Galicia, y se animaron a ello gracias a que en sus colegios proponen el voluntariado como algo más para hacer durante la época estival. Realizan estancias desde unos tres días hasta un poco más de una semana.

No parecen estar arrepentidos de no poder ir a la playa por participar en esta iniciativa. «Hay tiempo para todo», opina Nicolás; «es una forma de conocer y quitar prejuicios». Para muchos de ellos esto era una algo nuevo, una oportunidad de descubrir un mundo ajeno a la tranquilidad de las aulas. Junto a él vienen del mismo colegio gijonense Cristina y Luis. «Esta es una experiencia diferente para todo», sentencia Luis. Cristina cuenta que para ellos no es la primera vez como voluntarios: «El año pasado estuvimos unos días en Valladolid colaborando en campamentos gitanos». En Vilagarcía han estado en el comedor que tiene Cáritas en el centro de la ciudad y también en el albergue de San Cibrán, además de muchos otros lugares. No obstante, durante el resto del año se reúnen y colaboran en actividades de catequesis. Y algunos, como Luis, son socios de oenegés.

Junto al trío asturiano se encontraban Javier, Rafa y Mario, procedentes de un colegio de la congregación salesiana. «Nos hemos divido en grupos: ayer visitamos el Proyecto Hombre y hoy estamos en Cáritas», relata Mario después de ayudar a poner la mesa en el comedor que tiene la oenegé religiosa en Vilagarcía.

«Ayudamos a trasladar el ropero o pelar patatas, entre otras cosas», cuenta Javier sobre lo que han hecho en el comedor social. Una tarea que ayudará a muchas personas que lo necesitan gracias a su generosidad y a la de muchos otros.

Gestión

También han aprendido cómo se gestionan todas estas instituciones. Apunta Rafa que «parte de los alimentos que se sirven en Cáritas vienen de donaciones privadas; en cambio, Proyecto Hombre lo consigue todo por sí misma a través de las tierras pertenecientes a la Iglesia».

Tan solo han sido unos días, su viaje culminará en breve, pero han aprendido mucho al enfrentarse a asuntos con los que no tienen que lidiar en su vida cotidiana. Se desconoce aún el destino de aquellas cien gaviotas de la canción del trío donostiarra; por el contrario, se da por seguro que estos rapaces vuelan hacia un mundo mejor.