Un precursor en Vilagarcía de la plaga del picudo rojo

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

08 feb 2013 . Actualizado a las 06:55 h.

Hace tan solo unos días 1lamaba la atención una noticia publicada por este periódico y confirmada por los técnicos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro. Reconocía el equipo de Pedro Mansilla que se había detactado en palmeras del sur de Galicia la presencia de un insecto, el picudo rojo, que es mortal para estos árboles. El asunto es de tal gravedad, que ya se impuso la cuarentena. No en vano hay precdentes en el Levante español de plantaciones completas de palmeras que tuvieron que ser eliminadas porque estaban afectadas por este insecto, que en pocos meses seca por completo el árbol. En localidades como Elche, donde las palmeras son patrimonio de la humanidad, el fenómeno causó daños de difícil cuantificación, aunque para hacerse una idea de su trascendencia, baste decir que en el 2002 se gastaron en España más de 16 millones de euros para erradicar una plaga que llegó a la Península procedente de los ejemplares traídos de Egipto.

La advertencia de Ralf

Y se preguntarán ustedes: «¿Qué pasa; están afectadas las palmeras que adornan parques, jardines y rotondas de nuestra comarca?». Pues no, que se sepa, aunque no se descarta. Porque Pedro Mansilla, tras haber detectado varios ejemplares dañados en el sur de Galicia, no se atrave a afirmar que no haya más, de ahí que se haya decretado la curentena y que en la primavera se vaya a hacer una prospección en regla por toda Galicia. El motivo de que el picudo rojo sea protagonista de esta página es que de su posible presencia en la comarca ya advirtió, hace unos años, Ralf Schuette-Glasz, un cantante de ópera alemán pero afincado en Málaga y con una casa en Bamio que hace unos años vio morir por este insecto a todas las palmeras que había en su urbanización de Benalmádena. Decía él que había un ejemplar en la calle Alexandre Bóveda de Vilagarcía que, por su aspecto, tenía que estar atacada por el insecto. La voz de alarma la dio en el 2007, y poco después advirtió de otros posibles casos en Cambados. Creía que el bicho podría haber llegado a Vilagarcía con las palmeras de Elche que se habían plantado en Miguel Hernández. Su palabra cayó en saco roto. El Concello dijo entonces que no había constancia de ninguna plaga y el caso se olvidó. Hasta el pasado domingo.