Técnicos municipales examinarán el estado y el entorno de los petroglifos de Xiabre

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Ravella elabora una lista de elementos patrimoniales sobre los que intervenir

24 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Como casi todo lo que tiene que ver con la inversión pública en estos tiempos de caída libre, no hay dinero en las arcas de Vilagarcía que permita una actuación propia sobre los petroglifos descubiertos hace seis años en Xiabre. Así lo puso por delante ayer el alcalde de la ciudad, Tomás Fole, al hilo del olvido con el que la Administración ha distinguido a uno de los más valiosos elementos del patrimonio arqueológico del municipio. No obstante, añade el regidor, esto no quiere decir que el gobierno local no intente romper un estado de desinterés que amenaza seriamente el futuro de las 31 rocas con inscripciones que constituyen el hallazgo. Privadas por los incendios del 2006 de una vegetación de porte que pudiese protegerlas, rodeadas por maleza creciente que las oculta a la vista pero las expone a ser destrozadas por maquinaria forestal, las piezas milenarias se encuentran de cualquier forma excepto a salvo.

La intención del Concello es enviar a la cuenca del río Salgueiro a un grupo de técnicos municipales que comprueben la ubicación exacta de los 14 yacimientos distintos entre los que se distribuyen los petroglifos y el estado tanto de las inscripciones como de su entorno. A partir de este punto inicial, explica Fole, se trataría de tomar medidas para garantizar que no sufran daños para, a continuación, incorporar la estación de Xiabre al listado de elementos patrimoniales necesitados de una intervención urgente. El paso siguiente, concluye el regidor, consistirá en buscar financiación para impulsar un proyecto de puesta en valor.

Lo que sucedió en el 2008

El Concello de Vilagarcía dispone de tiempo suficiente para hacer algo al respecto. No sucedió lo mismo con el anterior Gobierno de la Xunta. En enero del 2008, al comprobar el abandono que ya padecían los petroglifos, afectados por una tala que autorizó Medio Rural y por la ampliación de una cantera, la Consellería de Cultura anunciaba que protegería de inmediato los yacimientos. Un año y tres meses después, el bipartito caía en las urnas autonómicas. No delimitó el entorno, pero sí al menos paralizó las cortas y frenó la nueva explotación de áridos.