Los voluntarios ponen a Valga en el Camino Portugués

La Voz R.E. | VILAGARCÍA

AROUSA

XOÁN A. SOLER

Reportaje | Servicios de Protección Civil Desde el pasado lunes, medio millar de caminantes cruzaron Valga con destino a Santiago. En la comitiva hay representación de casi todos los continentes

07 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?postados en las inmediaciones de la iglesia de San Miguel, los voluntarios de Protección Civil de Valga se han convertido en los guardianes del camino. Y no de cualquier camino, sino de la ruta que, desde Portugal, llega hasta Santiago de Compostela. Desde el pasado lunes, los chicos de naranja curan llagas, ofrecen alojamiento a los peregrinos extenuados y sellan las compostelanas que atestiguan que esos esforzados viandantes han agotado sus cuerpos para hacer un viaje espiritual hasta la tumba del Apóstol. Convertidos en ángeles guardianes para los peregrinos, los voluntarios se han convertido también en testigos del resurgir del Camino Portugués. Desde el lunes, han pasado junto a ellos más de medio millar de caminantes, procedentes de todos los rincones del mundo. «Uff, hai de todos os lados», decía ayer uno de los encargados de sellar las compostelanas mientras ojeaba las hojas de control. La lista de países que empieza a pronunciar después acaba convertida en una letanía. No falta la representación de las naciones europeas -Italia, Francia, Portugal, República Checa...-, ni las de los países hermanos de América -Argentina, Uruguay, Perú-, ni siquiera de Asia -los japoneses también han dejado su huella en Valga-. Y hasta aparece en el listado un nombre con claros ecos musulmanes: Irán. Sea cual sea su origen, todos los peregrinos que llegan a Valga reciben el mismo trato de los voluntarios: el sello, las curas que puedan necesitar en sus pies, y un lugar para dormir si es que el cansancio no les permite llegar al albergue de Padrón. La noche del viernes al sábado, por ejemplo, un grupo de 13 caminantes descansó en el polideportivo municipal. La noche anterior, cinco peregrinos durmieron en la base de Protección Civil. A la mañana siguiente se fueron, suponemos que encantados. Los voluntarios se quedaron. Dispuestos a seguir velando el Camino de Santiago.