Imputan a una vecina de Viveiro que se llevó a su hija de dos años de la casa de sus suegros por lesiones y allanamiento de morada con violencia

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

Su suegro presenta una herida en la cabeza que precisó más de veinte puntos, pero la mujer niega ser la agresora

09 may 2015 . Actualizado a las 18:16 h.

Una vecina de Celeiro, Viveiro, declaró ayer en el Juzgado de Instrucción Nº 2 de Viveiro como presunta autora de un delito de lesiones y allanamiento de morada con violencia. Tras la comparecencia ante la jueza, esta dictaminó su puesta en libertad, otorgando la custodia  provisional de la menor a su padre, y decretando orden de alejamiento contra la acusada, que no podrá acercarse ni comunicarse con sus suegros. Además, fijó una pensión de alimentos de 90 euros mensuales que la acusada habrá de pasar para su hija y fijó el calendario de visitas a la niña, que podrá hacer los sábados en el punto de encuentro de Lugo.

Los hechos que dieron lugar a esta imputación ocurrieron el sábado, a primera hora del día, en la parroquia de Xerdiz, en el municipio mariñano de Ourol, donde viven los suegros de la acusada. Las versiones de lo que allí ocurrió ese día difieren. La madre de la niña declaró que se acercó a Ourol con un amigo que había conocido la en un pub de Burela y que se encontró con su suegra fuera de la casa, con la niña. Entonces, según su versión, la apartó sin carsarle lesión alguna y se llevó a la niña consigo.

La otra parte ofrece una versión distinta. El suegro afirma que entraron en la casa, su nuera con un cuchillo en la mano, y que lo sorprendieron, tirándolo contra la pared y luego al suelo, donde la patearon. Su esposa, la suegra de la acusada declaró que estaba en la cama con la niña (al parecer dormía con ella) cuando oyó el griterío. Para que la niña no se asustara le dijo que se esperara allí, que ella iba al baño. En realidad se dirigió a la cocina, donde se topó con su marido en el suelo, ensangrentado. Entonces cerró la puerta que daba acceso a las habitaciones (su nuera había ido a donde estaba la niña y parece que la había cogido para llevársela) para impedir que salieran. No lo consiguió porque rompieron la puerta y se marcharon en un coche.

Mientras los abuelos pedían auxilio a los vecinos y llamaban a las fuerzas del orden, ya la nuera había cruzado Viveiro, llegando a Foz, donde el misterioso amigo de la mujer dejó a la madre y a la niña. Luego la acusada regresó a Celeiro (dicen que en taxi), dejando a la niña en casa de su madre. Luego, al saber por su progenitora y por algún amigo que la estaban buscando las fuerzas del orden, se presentó en la Comisaría de Policía de Viveiro para preguntar si la estaban buscando. Allí la recogió la Guardia Civil para llevarla detenida.

De la existencia del cuchillo parece que nadie habló, excepto el suegro. No concuerdan tampoco las versiones en otros puntos. La acusada asegura que ella nunca entró en la casa ni vio al suegro. Sin embargo los abuelos dicen que si entraron ella y su amigo. Ella asegura que cuando se separó del marido se llevó a la niña consigo. Los abuelos afirman que la niña nació en su casa y se crió con ellos. También niega que hubiera agredido a nadie, pero el suegro presenta lesiones en la cabeza, donde recibió más de viente puntos de sutura, y en un brazo, donde tiene algún punto.