«Aos traballadores de IPV váiselles acabando a esperanza», dice CC.OO.

j.a.q.

A MARIÑA

CARLOS GABINO

Tras años recibiendo fondos públicos, la empresa de A Pontenova sigue sin arrancar con el nuevo dueño

30 oct 2014 . Actualizado a las 12:32 h.

«Aos antigos traballadores de IPV váiselles acabando a esperanza. En uns meses, penso que en marzo, rematarán de cobrar o subsidio de desemprego e con este panorama, os meses seguen pasando e a fábrica non arranca... pois a cousa pinta fastidiada, pero non queda outra que esperar». Así se manifestaba Emilio Pantín, de Comisiones Obreras, quien ha seguido en los últimos años en primera línea el devenir de la fábrica de carrocetas de A Pontenova.

«Hai un compromiso de readmitilos a todos -son una veintena-, pero eu xa lles dixen que se lles aparecía algún traballo que o colleran, por si acaso, porque sempre se pode rectificar. Pero tal e como está o mercado laboral, traballo hai ben pouco», señaló Pantín, quien añadió que los contactos con el nuevo propietario de la fábrica, Interfama Automotriz, se mantienen: «».

En abril del 2013 la antigua fábrica de carrocetas, patentes y naves industriales incluidas, era vendida por 350.000 euros a Interfama Automotriz España, empresa que se creó expresamente para adquirir IPV tras su liquidación y el ERE que acabó con toda la plantilla en la calle. En agosto del pasado año sus nuevos propietarios se reunían con los representantes de los trabajadores para informarles de que poco a poco iban a ir incorporando a toda la antigua plantilla. Ya entonces se dijo que los contratos con Venezuela estaban cerrados.

Todos los activos de IPV, incluyendo las propiedades inmobiliarias, los vehículos, la maquinaria, las herramientas e incluso las patentes de los todoterreno salieron a subasta en el Mercantil de Lugo por 3,6 millones de euros. De haberse recaudado todo ese dinero tampoco se habría satisfecho la deuda íntegra que tenía IPV, que era de 5,5 millones de euros. Finalmente, todo el lote se vendió por 350.000 euros