Solemne adiós al «Chilreu»

JOSÉ M. AMENEIROS FERROL / LA VOZ

A MARIÑA

La Armada jubila al patrullero tras veinte años de campañas en el mar

30 jun 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

El patrullero Chilreu experimentó ayer el último desembarco de su marítima vida. La Armada ofició poco después del mediodía una solemne ceremonia de baja en la lista oficial de buques. El acto estuvo presidido por numerosas autoridades de la Marina, entre las que se encontraba el almirante de la Flota, Santiago Bolíbar, y el del Arsenal, Francisco José Cortés Uría.

La ceremonia comenzó con el toque de corneta y la música acompañando la llegada del almirante jefe. Tras un breve discurso del comandante de desembarco, repasando sus principales actividades, y un emotivo recuerdo a los fallecidos de la dotación, se procedió al arriado de bandera y al desembarco. Los últimos tripulantes del patrullero descendieron a tierra firme para dejar paso a un pequeño equipo de la guardia militar, que se encargará de custodiar el barco hasta que se conozca su destino.

Respecto al futuro previsto para el buque, el propio vicealmirante Cortés Uría dijo desconocer cuál será la suerte del Chilreu. «No se sabe, de momento se va a quedar un período, que yo estimo en unos meses, atracado aquí», afirmó. Lo que sí pudo avanzar el alto mando es que el destino del barco será acabar en el desguace a no ser que surja alguna oportunidad de venta a otro país. Cortés Uría prácticamente descartó que vaya a usarse como blanco en maniobras: «Esa salida no está prevista», dijo el almirante.

El principal motivo de la baja del Chilreu ha sido el económico. «Las razones son de eficiencia, desde luego», afirmó Cortés Uría. «Hay otros barcos cumpliendo este tipo de misiones, y son suficientes», añadía. El buque fue construido en los astilleros de Gijón, en 1988, como un pesquero llamado Pescalonso. En 1992 la Armada lo incorporó a su flota, rebautizándolo como Chilreu. Se le sometió asimismo a unas reformas que le permitían prestar auxilio, asistencia y rescate en alta mar.

Atrás quedan ahora veinte años de campañas por el océano Atlántico, con la inspección, vigilancia y apoyo a la flota pesquera como principales misiones y deberes del patrullero. «El Chilreu representa perfectamente la unión de la gente del mar, de la pesca y de la Armada», declaró tras el acto Santiago Bolíbar, el almirante de la Flota.