La UE ignora la utopía de los indignados

Fernando Heller BRUSELAS / AFP, EFE

INTERNACIONAL

Más de 200 personas siguen acampadas en la City de Londres por tercer día

18 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La que se anunciaba como la primavera de los indignados con las manifestaciones del fin de semana en pos de un sistema económico más justo, fue mitigada ayer en Europa por los principales dirigentes del bloque comunitario, que subrayaron su intención de seguir adelante con su guion anticrisis: recortes y austeridad.

Aunque reconocieron la legitimidad del movimiento, los dirigentes de la UE señalaron que se necesitan soluciones para poner fin a la crisis de la deuda y garantizar «un futuro mejor». «Las preocupaciones de esos jóvenes sobre el crecimiento y el empleo son totalmente legítimas», dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, quien matizaba que la responsabilidad de Bruselas en estos momentos es afrontar este período impopular para salvaguardar un «futuro mejor». Dejó claro que las reclamaciones del movimiento no pueden sustituir el calendario de la praxis y la acción.

También el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, dio su apoyo moral a los indignados. «Entiendo muy bien la frustración y la indignación de tanta gente en nuestras sociedades, en Europa y más allá», subrayó el político conservador portugués en una declaración conjunta ayer con Van Rompuy en Bruselas.

Más de 200 indignados mantenían ayer, por tercer día, su acampada frente a las escalinatas de la catedral de San Pablo, en el corazón de la City londinense, decididos a continuar indefinidamente sus protestas contra los excesos del sistema financiero mundial. Mientras, en Italia las fuerzas del orden efectuaron desde primera hora del día una masiva redada entre ambientes anarquistas y de los ultras del fútbol para buscar a los responsables de los violentos altercados del sábado tras la marcha de los indignados en Roma. En Bruselas, indignados españoles y otros europeos acamparán una noche más en un parque de la ciudad, a la espera de negociar la posibilidad de establecerse en algún edificio.