La ola de inmigrantes desata una agria pelea entre Italia y Francia

e. suárez, m. signo PARÍS, ROMA / CORRESPONSALES

INTERNACIONAL

París quiere evitar a los tunecinos a los que Roma les dará la residencia

08 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Francia no tiene la menor intención de «sufrir una ola de inmigración» de tunecinos ahora que su país se abre a la democracia, y el ministro del Interior galo, Claude Guéant, ha dado instrucciones concretas a los prefectos. «No es suficiente tener un permiso de estancia en Italia para poder entrar en Francia», sostiene Guéant, decidido a reforzar los controles en la frontera, después de que Roma anunciase que expedirá permisos de estadía temporales válidos en la zona europea Schengen, lo que irritó a Francia.

El Gobierno francés recuerda que para «limitar el impacto de una llegada masiva de irregulares», los recién llegados deben tener además la documentación en regla, justificar unos recursos mínimos de 62 euros por día y persona, no constituir una amenaza para el orden público y no haber entrado en Francia en los tres meses precedentes.

Invitación a dejar Schengen

«Si no tienen los recursos suficientes, acompañaremos a los titulares de esos permisos a la frontera italiana», recalcó el ministro. Para él, se trata de «la estricta aplicación de los acuerdos de Schengen».

Anoche le respondió el ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, invitando a Francia a abandonar el espacio Schenge si se niega a dejar entrar en su territorio a parte de los más de 20.000 inmigrantes tunecinos a los que Italia prevé conceder el permiso de residencia temporal.

En el último mes, la policía de fronteras francesa detuvo a 2.800 tunecinos que intentaron entrar de forma irregular y más de la mitad ya fueron devueltos a Italia. «Los controles en la frontera son muy estrechos y se reforzarán aún más si hace falta», advirtió Guéant.

En una entrevista a Le Figaro Magazine, el ministro del Interior francés anticipa un nuevo endurecimiento de la política de inmigración. La divisa «inmigración elegida» que Nicolas Sarkozy sostuvo durante la campaña presidencial ha quedado atrás y ahora el plan es reducir el número de extranjeros no comunitarios con permiso de trabajo y las autorizaciones para el reagrupamiento familiar. «En materia de asilo, nuestro país es más generoso que Alemania o el Reino Unido», dice, y ha encargado un estudio sobre cómo aplica cada país las directivas del derecho internacional.

En su comparecencia ante el Senado italiano para informar sobre la crisis ante la oleada de inmigrantes llegados a Lampedusa, Maroni, lamentó la actitud «hostil» de Francia e insistió en la necesidad de una política común. El Gobierno de Berlusconi firmó ayer el decreto que concede permisos de residencia temporal a los miles de tunecinos que están en Italia. La mayoría expresaron su intención de dirigirse a otros países europeos, sobre todo Francia.