Sarkozy culpa a la inmigración ilegal de que la integración no funcione

Esperanza Suárez PARÍS/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Defiende la polémica reforma de las pensiones diciendo que en España la hicieron González y Zapatero

17 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Nicolas Sarkozy reconoció anoche ante las cámaras de tres cadenas de televisión que el debate sobre la identidad nacional fue un error porque «provocó malentendidos». Por eso, en la remodelación del pasado fin de semana decidió suprimir el ministerio y pasar sus competencias a Interior, «el departamento que puede controlar los flujos migratorios». El presidente francés se declaró decidido a «no tolerar la inmigración clandestina».

Sarkozy culpó a la falta de control de la entrada de inmigrantes de que «el sistema francés esté estropeado y la máquina de la integración no funcione». Para ilustrar su determinación, recordó su iniciativa de prohibir el velo integral islámico: «No queremos mujeres encerradas en una cárcel textil», que atentan contra «los valores de Francia, indció. Por eso, dice que quiere «un islam de Francia, no el islam en Francia».

El mandatario eligió como escenario de la entrevista el salón Murat del palacio del Elíseo, donde hoy se reunirá por primera vez el nuevo Consejo de Ministros. Sarkozy recalcó que, salvo imprevistos, este Ejecutivo llegará hasta las elecciones. A François Fillon decidió mantenerlo como primer ministro porque tiene confianza en él y «el presidente no puede tener caprichos, manda el interés general».

Fillon se ha convertido en su competidor en las encuestas y deberá dejarle forzosamente un mayor protagonismo en los próximos meses, ocupados con la presidencia del G-20, la del G-8 y los primeros lances de la precampaña electoral. Según el último sondeo, que Paris-Match publicará mañana, ambos pierden popularidad, pero un 71% de los encuestados prefieren a Fillon como candidato a presidente frente a un 21% que optan por Sarkozy. Este no se pronunciará sobre su candidatura o no al Elíseo en el 2012 hasta el otoño del próximo año.

El presidente no se sometía a un examen ante las cámaras desde el 12 de julio. Este estaba previsto para mañana, pero Sarkozy adelantó el calendario para mantener la iniciativa y, aunque el discurso de política general lo hará hoy Fillon ante la Asamblea Nacional, ayer se atrevió a exponer sus prioridades al grupo parlamentario de la UMP, el del Gobierno. El primer ministro dijo optar por la continuidad y prometió un «Gobierno de combate» para hacer frente a los desafíos económicos.

Sarkozy se felicitó de la responsabilidad demostrada por los sindicatos durante las movilizaciones contra la reforma de las pensiones y consideró normal que los franceses no estén contentos con ella. También argumentó que la aprobada reforma supera las fronteras entre derecha e izquierda y que en España la hicieron Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Además, defendió la honestidad del ex ministro de Trabajo Eric Woerth, implicado en el escándalo Bettencourt, y negó que el Elíseo haya ordenado espiar a periodistas.