Clegg eleva la presión sobre EE.UU. tras lo filtrado por Wikileaks

Imanol Allende LONDRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El vicepresidente se desmarca de Cameron y pide que se investiguen las supuestas torturas y abusos

25 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A medida que se van desglosando las casos de torturas, abusos y asesinatos de civiles cometidos tanto por el Ejército de EE. UU. como por el de Irak, recogidos en los 400.000 documentos filtrados por la web Wikileaks, crece la presión sobre Washington para que responda a estas claras acusaciones y explique qué medidas se van a adoptar desde la Casa Blanca y el Pentágono. De momento, la única voz con peso político que ha calificado las revelaciones de los abusos de «extraordinariamente graves» y merecedoras de una investigación, es el viceprimer ministro británico, Nick Clegg.

«Podemos quejarnos de la forma en que tuvieron lugar estas filtraciones, pero creo que su naturaleza es extraordinariamente grave, perturbadora», declaró Clegg a la BBC, y añadió que «la Administración estadounidense querrá sus propias respuestas, pero no nos corresponde decirles cómo hacerlo». A la vez, no descartó una investigación del papel de los soldados británicos en el conflicto.

Sobre la posibilidad de iniciar una investigación sobre los abusos cometidos por soldados, insistió en que «cualquier información que dé a entender que se han quebrantado las reglas básicas de la guerra, o que se ha permitido la tortura, es muy grave y hay que examinarla», y agregó: «La gente va a querer respuestas».

Clegg se desmarca así de la postura oficial del Ejecutivo de David Cameron, que condenó el sábado la publicación de los informes al considerar que «pueden poner en riesgo la vida de las tropas». Antes de entrar a formar parte del Gobierno de coalición, el liberaldemócrata fue un férreo detractor de la participación británica en la guerra de Irak.

El Ejército danés anunció, por su parte, su intención de analizar los documentos que conciernen a militares daneses.

La presión sobre EE.?UU. también vino ayer de organizaciones pro derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que a la vez exigen a Irak que investigue si sus fuerzas de seguridad recurrieron a la tortura y al abuso.

Irak está inmersa en una parálisis política desde hace casi ocho meses debido a la imposibilidad de formar Gobierno. El Tribunal Supremo de Irak ordenó ayer al Parlamento que se reúna para elegir un nuevo presidente y un nuevo primer ministro.