Sigler, agredido y detenido al pedir viajar a Miami

M.?L. REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

20 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ariel Sigler, el preso político cubano más enfermo del grupo detenido en el 2003 y en primero en ser excarcelado por las gestiones de la Iglesia católica, el pasado 12 de junio, fue ayer agredido, detenido y conducido por la policía política a su casa.

Sigler, que quedó parapléjico durante su cautiverio, lleva un mes haciendo los trámites burocráticos para poder salir de Cuba e ir a Miami a recibir atención médica, pues EE.?UU. le ofreció una visa humanitaria.

Ayer acudió a su cita en Matanzas para saber si contaba con el permiso y le repitieron lo de la semana pasada, de que no se ajustaba a tiempo. Entonces, sacó un cartel: «Me estoy muriendo, tengo que curarme, no me quieren dar el permiso de salida».

Según Vanesa Rodríguez, una periodista independiente que estaba con él, unos 40 agentes de la Seguridad del Estado arremetieron contra Ariel, con golpes en el cuello y cabeza y lo metieron en un coche policial. Los familiares que lo acompañaban gritaron «Libertad, abajo el comunismo, Raúl asesino», y también fueron agredidos.

El vehículo policial condujo a Ariel Sigler a su casa de Pedro Betancourt y allí lo bajaron del coche en medio de las proclamas de la familia y las ofensas de los agentes. Ariel se desmayó y fue llevado en brazos por un sobrino hasta el interior de la casa. Allí le fue administrado suero.

Los agentes se retiraron al local de la policía, a unos cien metros de la casa «para ver si hacemos algo y nos provocan un acto de repudio», afirma Vanesa Rodríguez, quien lanzó un llamamiento a la comunidad internacional para que presione por el permiso de salida de Cuba de Ariel, «para que no muera». El cardenal Ortega habló ayer con el hermano de Ariel , Juan Francisco, y le pidió «que tenga paciencia, que todo se va a solucionar».