Tanto la derecha como la izquierda están muy divididas sobre la regulación del velo integral islámico
27 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La prohibición del velo integral islámico en Francia se limitará en un principio a los servicios públicos. La falta de consenso impidió ayer que la comisión parlamentaria que estudió durante seis meses el uso del burka llegara más allá. La división afecta a derecha e izquierda y ha reavivado el debate en el seno de la sociedad gala.
Una mujer completamente cubierta no podrá recoger a sus hijos en el colegio ni viajar en tren, avión, metro o autobús. No recibirá atención en un hospital ni cobrará subsidios familiares. Los servicios públicos franceses quedarán fuera de su alcance cuando se apruebe la ley que preconiza la comisión. Nadie les impedirá, sin embargo, exhibirse completamente cubiertas en la calle, los parques o los mercados.
El dictamen fue aprobado pese a la oposición de la mitad de los diputados conservadores, que pretendían que la prohibición se extendiera a todos los espacios públicos. Se consideran traicionados por esta «media ley» y dan su apoyo a la proposición de su jefe de filas, Jean-François Copé. El presidente del grupo parlamentario, que había boicoteado los trabajos de la comisión con una propuesta de multa de 750 euros para las mujeres que salieran cubiertas, mantiene su iniciativa y espera que se debata tras las regionales de marzo.
El dictamen aprobado pide de entrada una resolución parlamentaria que proclame que «es toda Francia la que dice no al uso del velo integral» y una ley que obligue a las personas «no solo a mostrar su rostro a la entrada de un servicio público, sino también a conservarlo descubierto» el tiempo que permanezca en las instalaciones, incluidos los medios de transporte.
El Partido Socialista boicoteó la votación para protestar por «un debate contaminado por el de la identidad nacional», que ha acabado por colocar en el punto de mira a los seis millones de franceses de religión musulmana. Las militantes de la asociación Ni Putas ni Sumisas, que defiende los derechos femeninos en los barrios difíciles, se manifestaron ante la sede socialista completamente tapadas para pedirles coherencia. El dictamen de la comisión les parece insuficiente y exigen la desaparición de una prenda que supone «la muerte social de las mujeres».
Un comando de 80 hombres irrumpió el lunes en la mezquita de Drancy, cerca de París, y amenazó de muerte a su imán. Hassen Chalghoumi ha sido uno de los primeros en pronunciarse por una prohibición total del velo integral, que considera una tradición minoritaria poco acorde con los principios de la República. El ministro del Interior elevó a 1.900 las mujeres que utilizan el burka en todo el país.
Nicolas Sarkozy rindió ayer homenaje a los soldados musulmanes de la República en el cementerio varias veces profanado de Arras, en Calais. Hizo una encendida defensa del laicismo y la dignidad de la mujer».