Un viaje largo que incluyó escala y multa en El Salvador

M. López de Guereño

INTERNACIONAL

23 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El viaje de retorno por aire y tierra de Manuel Zelaya a Honduras fue «fríamente calculado». Comenzó el domingo, día en el que cumplió 57 años. Él se reserva los detalles para proteger a quienes lo ayudaron. Viajó por varios países y usó diferentes medios de transporte, incluidos un avión de la Fuerza Aérea Venezolana. Ya desde su refugio en la Embajada de Brasil, explicó que el periplo fue «muy largo, sucedió como en 15 horas».

«Se tuvieron que realizar diferentes movimientos que se hicieron en varios países, se tuvo que cambiar de transportes, hacer planificaciones para poder evadir retenes militares, puestos policiales y los círculos de control que existen», agregó.

Zelaya se estableció en Nicaragua poco después de que el 28 de junio un golpe militar lo sacara en pijama de la residencia presidencial y lo dejara en Costa Rica. Se supone que despegó de Managua en el avión venezolano. El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, confirmó una escala técnica en su país, aterrizaje que, por no contar con los permisos pertinentes, fue sancionado con 30.000 dólares. «Cómo entraron en Honduras y por qué medio, quién les dio la autorización, lo ignoro. La verdad es que eso no tenemos que preguntárselo a nadie que visite el espacio aéreo salvadoreño», afirmó Funes, al tiempo que defendió que su depuesto colega «está en el uso de sus derechos constitucionales, por lo tanto no hay ningún expediente que nos impida recibirlo».

Sea cual fuera el itinerario, llegó a la Embajada de Brasil en un coche de un país amigo.