Son muy pocos los italianos que están al corriente del nuevo escándalo en que se ha visto envuelto Silvio Berlusconi. El motivo no es otro que una sutil censura sobre todo en los medios televisivos. En un país como Italia, en el que la prensa escrita tiene una tirada muy limitada, si una noticia no aparece en el telediario quiere decir que «no existe» para la opinión pública.
La ausencia de información televisiva sobre el caso de Bari es una consecuencia lógica del conflicto de intereses que acompaña a Silvio Berlusconi desde que decidió pasar a la política. En los tres canales de su propiedad las noticias sobre sus fiestas, al igual que ocurrió con Noemi Letizia, no existen.
Mientras tanto, tal y como han denunciado varios medios de comunicación y políticos como Antonio Di Pietro, de Italia de los Valores, la televisión pública apenas le ha dedicado atención al caso. En la edición del telediario de ayer noche se ofreció un amplio reportaje sobre la entrevista de Berlusconi a Chi, mientras que no se han mencionado para nada las últimas grabaciones. Tan solo RAI3, considerada de izquierda, informa puntualmente del caso.