Unos 100 rumanos se refugian en una iglesia de Belfast por ataques racistas

Imanol Allende

INTERNACIONAL

Un norirlandés amenazó con degollar a un bebé de solo cinco días

18 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Niños llorando, hombres y mujeres presas del pánico que huyen de la violencia racista obligados a buscar refugio en una iglesia. Es Europa, pero no es la Europa que fue soñada al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La brutal persecución xenófoba a veinte familias rumanas, unas 115 personas, en Irlanda del Norte, sorprende a todo el mundo y aunque los políticos de Belfast hablan de «un pequeño grupo de racistas», esta no es la realidad. La realidad es que un adulto llegó a amenazar con degollar a un bebé de cinco días solo por ser rumano.

Los hechos sucedieron en el barrio del sur de Belfast de Lisburn Road, donde viven estas familias de rumanos y afectado por el desempleo. Durante las dos últimas semanas, estas familias fueron objeto de insultos y amenazas por parte de jóvenes y en algún caso fueron amenazados con pistolas. Pero los ataques se intensificaron las últimas noches. Los atacantes apedrearon y lanzaron botellas contra las viviendas en que residen estos inmigrantes, rompiendo puertas y ventanas.

Los rumanos se vieron obligados a abandonar las casas, algunos heridos por cortes de cristal. A medida que crecía el número de ellos, la policía decidió trasladarlos a una iglesia cercana. El pastor Malcolm Morgan dijo que «son trabajadores inmigrantes y entre ellos había mujeres embarazadas y muchos niños, incluido un bebé de cinco días».

Tras abandonar el centro religioso, los inmigrantes fueron alojados en el centro deportivo de O-Zone, y la próxima semana serán distribuidos en la zona residencial de la Universidad de Queen's. Couaccu Siluis, uno de ellos, indicó que «los atacantes hacían signos de que nos iban a matar a todos; un hombre amenazó con degollar a mi hermano de cinco días, queremos regresar a nuestro país». Una mujer abundó en esta idea. «Queremos volver a casa porque aquí ya no estaremos a salvo. Queremos volver a Rumanía, todo el mundo lo quiere ahora. Tengo dos niños y quiero que estén a salvo».

El ambiente era explosivo desde el lunes por la noche, cuando había tenido lugar una manifestación de protesta por los constantes ataques contra los rumanos, manifestación que fue atacada por jóvenes con piedras y botellas mientras realizaban saludos nazis y cantaban eslóganes de Combat 18, el grupo nazi británico, 18 por las siglas de Adolf Hitler en el alfabeto.

Este no es el primer incidente racista en Belfast. Los enfrentamientos entre norirlandeses y polacos en la zona de Windsor Park fueron constantes y violentos en marzo. Ya en el 2007, el 52% de los norirlandeses quería poner freno a la entrada de inmigrantes en la provincia. Belfast es conocida como la capital racista de Europa, en donde el nuevo sectarismo es la xenofobia, la nueva cultura de la intolerancia. En el 2008 fueron denunciados más de mil incidentes racistas en el Úlster.

Martin McGuinness, el viceministro principal del Úlster, expresó su indignación por los sucesos, que atribuyó a «un pequeño grupo de criminales racistas sin representación». El primer ministro británico, Gordon Brown, indicó que espera que «las autoridades norirlandesas adopten todas las acciones necesarias para proteger a los inmigrantes». La policía supervisa las cintas grabadas para intentar localizar a los culpables y detenerlos.