Cuba aceptó el ofrecimiento del Gobierno de Barak Obama para volver a dialogar sobre migración y propuso tratar la colaboración en asuntos como el terrorismo, la lucha antidroga, los desastres naturales y los envíos postales directos, según reveló un funcionario del Departamento de Estado.
El Gobierno cubano comunicó su postura el sábado por vías diplomáticas a la Administración de Barack Obama, que presentó la propuesta la semana pasada como parte de su política de mejora de las relaciones con el régimen comunista.
El funcionario, que habló a la prensa antes del viaje de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, a El Salvador y Honduras, calificó la reacción cubana como «un paso hacia adelante muy positivo».
La iniciativa del Departamento de Estado se encuadra en el intento de abrir canales de comunicación con Cuba en los últimos meses, según otra fuente del mismo departamento, y tras la disposición de Raúl Castro a dialogar sobre «todos los temas» en «condiciones de igualdad», siempre y cuando se respete la soberanía isleña.
«Habrá un diálogo abierto tan pronto como haya cambios sobre derechos humanos y movimientos hacia la democracia» en Cuba, según Washington.
Por ahora, las conversaciones se limitarán principalmente a garantizar una «migración segura, legal y ordenada» desde Cuba a Estados Unidos.
Los contactos sobre migración comenzaron durante la Administración de Bill Clinton para evitar que miles de cubanos se lanzaran al Caribe para intentar llegar a Florida, como ocurrió en 1980 y en 1994.
Sin embargo, el entonces presidente George W. Bush suspendió esas conversaciones en el 2003 como parte de su política de aislamiento de Cuba y de endurecimiento del embargo.
Obama levantó el pasado abril las restricciones a los viajes y envíos de remesas de los cubano-estadounidenses a la isla, y su Gobierno ha llevado a cabo reuniones informales con responsables de la Sección de Intereses de Cuba en Washington para abordar temas de interés común. En cualquier caso, es un paso adelante para la distensión. En los años de enfrentamientos, físicos como la invasión de playa Girón (bahía de Cochinos) y dialécticos, solo firmaron acuerdos en temas migratorios. El primero en 1984, y diez años después, el segundo.
Pero ambas partes denuncian incumplimientos. Para Estados Unidos, La Habana niega la salida a cubanos con visado estadounidense. Cuba acusa a Washington de no dar las 20.000 visas anuales pactadas y que la Ley de Ajuste Cubano y la norma de «pies secos, pies mojados» fomenta la inmigración ilegal, actividad que oficialmente rechazan ambas partes.