Prueba de carisma y estrategia para con los vecinos

Arturo Lezcano G.

INTERNACIONAL

18 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Casi noventa días después de tomar posesión, Obama abre la ventana al sur y se asoma a su propio continente para presentarse a sus vecinos, hablar de reformas y, según advierten desde la Casa Blanca, sobre todo para escuchar. En teoría, la Cumbre de las Américas servirá para dar un repaso a los grandes ejes de la agenda política del continente, que conforman la pobreza, la energía, el medio ambiente, la seguridad y la sostenibilidad democrática. Pero a nadie se le escapa que se hablará de la crisis económica mundial y, por supuesto, de Cuba, protagonista ausente, pues nunca ha participado en este foro creado por la Organización de Estados Americanos.

No es habitual que estas reuniones se cierren bajo el rótulo del fracaso, pero eso es lo que sucedió en la última.

En el 2005, George W. Bush intentó en la ciudad de Mar del Plata revitalizar el ALCA o Tratado de Libre Comercio para las Américas, y se encontró con una oposición frontal de una buena porción del continente y sobre todo de un eje, el bolivariano, que tomó el protagonismo e, incluso, la calle. No volvió Bush a inmiscuirse en la política latinoamericana.

Cuatro años después, el panorama es distinto. El presidente de Estados Unidos no llega a la cumbre desde un pedestal, como su antecesor, sino con la frescura del cargo y con el carisma como tarjeta de presentación. Además, Obama reconoce que su país «demasiadas veces no ha buscado las relaciones con sus vecinos». Es ese un buen punto de partida para sentarse a la mesa, y más teniendo en cuenta la crisis financiera.

En América eso pasa, según confían la mayoría de países, por recapitalizar el Banco Interamericano de Desarrollo para refundar a nivel local, y en palabras de Lula da Silva, «el orden económico y social» que pretende para el mundo.

El brasileño será uno de los dirigentes más frontales con Obama. Le pedirá dedicación en las políticas para salir de la crisis, la atención al microcrédito y ayuda a los más pobres. Se da por seguro que Lula toque el tema cubano.

Desde EE.?UU. insisten en que Obama ya hecho más de un gesto -levantar la prohibición a los familiares de cubanos a viajar a Cuba-, y que espera alguno recíproco. De algún modo, la isla estará representada por Chávez, quien intentará que se firme una declaración pidiendo el levantamiento del bloqueo. Y también llevará la voz del ALBA, que impulsa la integración política, económica y cultural desde las antípodas del libre comercio que propugna Estados Unidos.