Un político nieto y amigo de gallegos

INTERNACIONAL

02 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Con 58 años casi recién cumplidos y cuando apenas llevaba medio año en la presidencia de la República Argentina, que acababa de recuperar la democracia tras siete años de siniestra dictadura militar, Raúl Alfonsín realizó si primera visita oficial a España y a la Galicia que vio nacer a su abuelo paterno, Serafín Raúl Alfonsín.

El líder de la Unión Cívica Radical inició su visita oficial a España el 11 de junio de 1984. Los Reyes lo recibieron en Barajas. Esa noche le ofrecieron una cena de gala en el Palacio Real, pero antes recibió a Felipe González en El Pardo. Durante su estancia en Madrid dirigió una alocución a las dos Cámaras parlamentarias españolas, reunidas en sesión conjunta para la ocasión, y fuera del programa oficial recibió a Manuel Fraga, Gerardo Iglesias y Alfonso Guerra.

El día 14, una vez concluida la visita oficial, se desplazó a Galicia. En los tres días que permaneció en la tierra de sus antepasados, su agenda no fue menos apretada. Primero recibió en el Parlamento el título de hijo predilecto de Galicia, otorgado por la Xunta de Fernández Albor, luego las llaves de oro de la ciudad concedidas por el Ayuntamiento de Santiago.

Padres generosos

La visita a Casaldarnos (Ribadumia), la aldea donde nació Serafín Raúl Alfonsín, su abuelo, y donde aún vivías sus primos segundos Amalia y Luciano, así como Dolores, la hija de estos, tuvo lugar el 15 de junio. Fue de carácter privado, pero no por ello dejó de tener un recibimiento multitudinario.

Esta visita tuvo lugar diecinueve años después de la de sus padres, que en el año 1965 viajaron a Casaldarnos y, en un acto de generosidad, renunciaron a la parte que les correspondía de la herencia familiar en favor de sus parientes.

El helicóptero en el que se desplazó por Galicia, antes de tomar tierra en Ribadumia lo hizo en Lalín para rendir homenaje al pueblo natal de Aurelio Cortizo, un amigo gallego-argentino de Alfonsín que durante la dictadura lo cobijó a él y a sus correligionarios en el restaurante de la asociación Hijos del Partido de Lalín.

Antes de dejar Galicia fue obsequiado con un almuerzo por el entonces delegado del Gobierno, Domingo García-Sabell, en el parador de Baiona.

Como presidente volvió a España y a Galicia en el otoño de 1988. En esta ocasión recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Santiago y el Centolo de Ouro del Concello de O Grove.

Ya como ex presidente, invitado por la Diputación de Pontevedra y el Concello de Ribadumia, volvió a Galicia en noviembre del 2003, acompañado de su hijo y de su nieto. Allí inauguró una calle con su nombre, la misma donde ayer su familia gallega, amigos y autoridades le rindieron un afectuoso homenaje a este «hombre sencillo, trabajador y con un gran sentido del humor», como señaló la alcaldesa Salomé Peña.