Un submarino nuclear francés y otro inglés chocaron en alta mar

Imanol Allende

INTERNACIONAL

17 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Podía haber sido la trama de una película en la que se unen realidad y ficción. Un accidente de dos submarinos nucleares y el inicio de un holocausto de magnitudes insospechadas. Esta vez la realidad no dejó paso a la ficción y el siniestro entre un submarino británico y otro francés en aguas del Atlántico, con 250 marinos en su interior, quedó en un susto. Los dos Gobiernos abrieron ayer una investigación.

El suceso tuvo lugar entre el 3 y el 4 de este mes, cuando los submarinos con armamento nuclear, el HMS Vanguard, de la Royal Navy, y Le Triomphant, de la Armada francesa, colisionaron a gran profundidad y cuando navegaban a velocidad muy lenta. Ninguno de los dos Gobiernos ha indicado el lugar exacto del accidente, aunque se sabe que fue en el Atlántico.

El primer almirante de la Armada británica, sir Jonathan Band, confirmó las informaciones que habían aparecido publicadas en varios rotativos británicos por la mañana, e indicó que «ninguna de las dos naves se vio afectada en su capacidad de movimiento y en ningún momento se vio afectada la seguridad nuclear». Ayer por la tarde, el HMS Vanguard regresaba a su base en Faslane (Escocía) y solo presentaba rozaduras en su superficie.

Lo que parece increíble es que ninguno de los dos sistemas de sonares de las naves advirtiera de la proximidad de ambos. «El Ministerio de Defensa tiene que dar muchas explicaciones sobre cómo es posible que una nave nuclear con armamento de destrucción masiva en su interior no detectara la presencia a través de su sonar de otro submarino en sus proximidades», indicó ayer Angust Roberson, portavoz en Westminster del Partido Nacionalista Escocés. El encargado de defensa del Partido Conservador, Liam Gox, calificó el hecho como «extremadamente preocupante», un sentimiento generalizado entre la opinión pública británica.

Kate Hudson, presidenta de la organización Campaña por el Desarme Nuclear, describió el suceso como «una pesadilla nuclear del más alto nivel», y agregó que «en un accidente de esta categoría, los dos con reactores y armas nucleares, podía haber liberado una enorme cantidad de radiación en el mar y misiles nucleares por el fondo marino». El accidente ocurrido en el Atlántico es el más grave de un submarino nuclear desde el hundimiento de la nave rusa Kursk, en el 2000. Los submarinos Vanguard y Le Triomphant están equipados con 16 misiles Trident nucleares y con misiles 16 M45, respectivamente.

París indicó que el siniestro se pudo deber a que el sonar de su submarino había resultado dañado minutos antes del suceso, al colisionar contra lo que se cree que era un contenedor hundido en el mar.

Otra explicación posible de lo sucedido es que la tecnología antisonar de ambos submarinos es tan buena que se anularon entre sí los sistemas detectores.