El martes, poco después de las doce, hora de la costa este, Barack Obama pronunciará su discurso inaugural. Antes que él lo han hecho todos los presidentes. Pero nunca como en este caso sus palabras tendrán tanta repercusión. Ese discurso ya estará escrito, aunque es probable que todavía se le estén dando los últimos retoques. El redactor de ese texto es un hombre muy joven que lleva trabajando junto a Obama desde que este entró en el Senado. Su nombre es Jonathan Favreau, más conocido como Jon Favreau o, simplemente, Fav.
Tiene 27 años y conoció a Obama por casualidad cuando al de Chicago le encargaron que hiciera el discurso inaugural de la convención demócrata del 2004. Mientras Obama ensayaba, Favreau, que entonces trabajaba para John Kerry, fue enviado a decirle que cambiara una frase que el propio Kerry quería introducir en su discurso. Favreau recuerda del encuentro que Obama lo miró como pensando «¿Pero quién es este chico?».
Poco después, cuando Obama se convirtió en senador federal, su director de comunicación, Robert Gibbs, lo llamó para ficharlo. Favreau mostró su sorpresa porque Obama es un magnífico orador. La respuesta de Gibbs fue que Obama solo tenía dos opciones: o los días tenían 48 horas o necesitaba ayuda. Como los días siguen teniendo 24 horas, parte de esa ayuda se la presta desde entonces Favreau.
Alabanzas
Todos los grandes diarios estadounidenses alabaron unánimemente el trabajo de Favreau durante la campaña electoral. Pese a su juventud, tiene fama de ser un magnífico escritor y un trabajador incansable. «Generalmente trabajo hasta las 3 de la madrugada y me levanto pronto, a las 5 o las 6», declaró hace meses. A la pregunta que todo el mundo le hace, la dificultad de trabajar para alguien que es muy bueno en lo que tú haces para él, Favreau afirma que eso es una ventaja. Barack Obama ha demostrado que es muy buen orador y sus dotes como escritor le han reportado cientos de miles de dólares gracias a sus dos libros publicados.
Para trabajar en los discursos, Favreau y Obama se reúnen durante un rato, media hora aproximadamente, según Favreau, y Obama le cuenta qué quiere decir en cada ocasión. Le propone frases, palabras, ideas? Con esto, Favreau trabaja y elabora una propuesta que después es adaptada por el propio Obama.
Es seguro que para el discurso inaugural se habrán reunido mucho más que media hora. Pero también es verdad que si cuando Obama lo contrató tenía poco tiempo, ahora tiene menos.
Los analistas escriben estos días sobre lo que Obama debería decir o no en sus primeras palabras como presidente. Y hay algo en lo que coinciden muchos. La referencia a la Casa Blanca. No como representación del poder que ostentará a partir de ese momento, sino como edificio. La Casa Blanca fue comenzada en 1792 y su construcción fue realizada por esclavos y por inmigrantes irregulares. Es más que probable que Obama haga alguna referencia a su raza, aunque sea tan leve como la del discurso más famoso que han hecho entre los dos hasta ahora. «Muchos dijeron que este día nunca llegaría».