La soldado Lynndie England, ya en libertad, justifica las torturas a presos iraquíes en Abu Ghraib
INTERNACIONAL
Lynndie England, la soldado estadounidense cuyas imágenes torturando a presos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib en el 2004 dieron la vuelta al mundo, justifica lo ocurrido en una entrevista al diario británico The Guardian , en la que asegura que fue consecuencia de estar en guerra.
«En las guerras pasa lo que pasa. Lo que ocurrió fue que se fotografió y salió a la luz. Mucha gente dice que si nos hubiéramos callado o los hubiéramos matado, no hubiera habido ningún problema», dice la soldado, que cumplió la mitad de los tres años de cárcel a los que fue condenada.
England tiene 26 años y vive en Virginia Occidental con sus padres y su hijo de 4 años, fruto de su relación con el oficial Charles Garner, el único de los siete militares procesados por las torturas que sigue en la cárcel.
Sin trabajo, mucho más gruesa que cuando estuvo en Irak y en tratamiento por depresión, relaciona las torturas con el ambiente general de la guerra: «Eran los enemigos. No quiero decir que merecieran el trato que les dimos, pero...».
También se muestra muy orgullosa de no haber delatado a ningún compañero: «En la guerra, no te chivas de tus compañeros. Nos condenaron a 7, pero créame, hubo muchos más en las fotos».
Sobre la fotografía de los hombres apilados desnudos como una pirámide, frente a los que aparecen sonrientes England y Graner con el pulgar de sus manos hacia arriba, recuerda que «estaban gritando, decían que nos odiaban, que nos iban a matar».