Un mínimo de 23 personas murieron y más de 90 resultaron heridas ayer en Irak, 12 de ellas en un doble atentado en Bagdad, indicaron fuentes de los servicios de seguridad. Entre los fallecidos figuran dos soldados estadounidenses, muertos por disparos de un militar iraquí que había sido abofeteado por un norteamericano.
Al menos doce iraquíes, entre ellos un policía, murieron y 60 resultaron heridos en un atentado con coche bomba seguido de la explosión de un artefacto en un barrio popular del este de Bagdad. El doble atentado se produjo al paso de una patrulla de policía delante de una estación de autobuses en el barrio de Bagdad al Jadida, en un momento de gran afluencia.
En el centro de la capital, cuatro personas murieron y 14 resultaron heridas, entre ellas dos policías, en un atentado con coche bomba que también iba dirigido contra una patrulla. Un tercer vehículo bomba explotó en el barrio de Al Chaab, matando a dos personas e hiriendo a diez, según la policía.
En Mosul, dos mujeres iraquíes cristianas fueron asesinadas por hombres armados que entraron por la mañana en su domicilio. Los hombres mataron a las hermanas Lamia y Walaa Sbeih, e hirieron a su madre. Antes de huir colocaron una bomba que estalló a la llegada de los agentes e hirió a dos de ellos, precisó la policía.
Unos 35.000 policías y soldados iraquíes están desplegados en Mosul, considerado el último bastión urbano de Al Qaida en Irak y una de las ciudades más peligrosas del país. Los cristianos de Irak son a menudo el blanco de secuestros, asesinatos y atentados cometidos por insurgentes, tanto chiíes como suníes. El número de cristianos en Irak antes de la invasión estadounidense de marzo del 2003 era de unos 800.000. Desde entonces, alrededor de 250.000 han abandonado el país.