Nadie sabe quién ha sido ni el motivo que ha llevado a uno o varios individuos a cometer un doble crimen horrendo y salvaje. Solo se sabe que la tortura y la muerte de dos estudiantes franceses de 23 años que recibieron casi 250 puñaladas y después fueron quemados, ha conmocionado a las sociedades británica y francesa. Pero además ha aumentado aún más si cabe el temor que se vive en la capital británica desde hace un par de años por el alarmante incremento del número de asesinatos de jóvenes por arma blanca.
Los cuerpos de Laurent Bonomo y de su compañero Gabriel Férez estudiantes de bioingeniería en Francia e instalados en el Reino Unido para cursar estudios de genética en el Imperial College con una beca de tres meses, fueron hallados calcinados el pasado domingo en un piso del sur de Londres.
Bonomo recibió 196 puñaladas, cien en la espalda, asestadas después de muerto; su amigo Gabriel Férez sufrió 47 puñaladas. Al parecer, ambos estaban entretenidos con un videojuego en la habitación de Bonomo cuando fueron atacados. No había señales de entradas forzadas y se cree que los responsables tenían llave de acceso al lugar. La policía cree que fueron rociados con petróleo u otro combustible para incendiarlos y posiblemente acabar con la prueba forense.
«Las heridas que mostraban eran horribles. El asesinato fue brutal», dijo el inspector Mich Duthie, quien admitió que en sus años como detective en Scotland Yard jamás había visto heridas como las que sufrieron los dos estudiantes.
El móvil del asesinato es un misterio. Por ahora se busca a un hombre que fue visto cuando huía del lugar de los hechos el domingo por la noche.
Este doble asesinato se produce a los pocos días de que Cherie Blair, esposa del ex primer ministro británico, Tony Blair, llamara la atención pública por el incremento de la inseguridad ciudadana en el Reino Unido, y en especial en ciudades como Londres, Manchester o Liverpool. La mujer del anterior premier ha reconocido que siente gran intranquilidad por la actual situación de falta de control entre los adolescentes, ya que son cada vez más los que llevan un arma blanca en sus bolsillos, en la mayoría de los casos cuchillos robados en las cocinas de sus casas.
«Temo por la seguridad de mis hijos cuando salen a la calle», dijo Cherie Blair, y agregó: «Sabemos que cada vez hay gente más joven que lleva cuchillos y por desgracia los están utilizando».
El pasado martes, el máximo responsable de Scotland Yard también se mostró preocupado por el gran aumento del número de crímenes cometidos por adolescentes y jóvenes con armas blancas. «Se ha producido un hecho singular», indicó Ian Blair, y agregó que «la lealtad a la familia ha desaparecido y los jóvenes la han transformado en una lealtad a la pandilla; allí es donde los adolescentes encuentra todos los valores que ya no reciben en el hogar». En el 2007 murieron acuchillados en Londres 27 adolescentes, frente a 16 en el 2006 y 15 en el 2005.