Los motines de Haití hacen saltar la alarma por la crisis alimentaria global

Agencias

INTERNACIONAL

11 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las protestas contra el hambre en Haití, que se han cobrado hasta el momento las vidas de cinco personas y causado unos sesenta heridos, han llamado la atención de los países ricos, algunos de cuyos dirigentes han empezado a exteriorizar una creciente preocupación por el alza creciente de los precios de los alimentos que se encuentra en su origen.

Así, el primer ministro británico, Gordon Brown, escribió a su homólogo japonés, Yasuo Fukuda, para pedirle que durante la próxima cumbre de los ocho países más industrializados (G8), que acogerá su país en julio, se examine el impacto de los biocombustibles en el precio de los alimentos. Su argumento consiste en que el aumento que ocasionan amenaza con anular los avances en desarrollo logrados en los últimos años.

También Francia está muy preocupada por los motines de Haití, que presentan una matriz común con otros que se han producido en los últimos meses en países tan distantes entre sí como Mauritania, Pakistán, México, Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Burkina-Faso y Senegal. Son varias las autoridades y analistas que afirman que estos «motines del hambre» reflejan una crisis alimentaria mundial, menos visible que la energética, pero con un devastador efecto destructivo en el continente negro.

La situación es tan alarmante que el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, pidió ayer una acción internacional inmediata para hacerle frente.

En Haití, el presidente hizo un llamamiento a la calma mientras el país seguía sumido en una ola de violencia y saqueos de productos de primera necesidad. Los cascos azules de la misión en Haití de la ONU, que protegen desde el martes el Palacio Nacional, sede de la Presidencia, lanzaron nuevamente gases lacrimógenos en Puerto Príncipe para dispersar a los manifestantes, según testigos.

Numerosos grupos de jóvenes tomaron posesión de varias calles de la capital, jalonadas de barricadas formadas con neumáticos y piedras de gran tamaño, paralizando así la actividad de la ciudad. Muchos comercios fueron saqueados por manifestantes provistos de garrotes y armas de fuego, según testigos. La estación de radio Visión 2000 fue blanco de pedradas, según dijeron los locutores de esa emisora, que pidieron ayuda a la policía.

Un grupo de senadores de Haití firmaron una carta en la que piden al primer ministro Jacques-Edouard Alexis, designado por Preval en el 2006, que dimita «en las próximas 48 horas» con el fin de formar un nuevo Gobierno.