El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, abandonó ayer Ankara sin que los dirigentes turcos accedieran a su demanda de reducir la duración de la ofensiva militar contra los rebeldes kurdos del PKK en Irak.
Durante su estancia de menos de 24 horas en la capital turca, el jefe del Pentágono no logró convencer a sus interlocutores de que limiten a un máximo de dos semanas la incursión. Estos, además, le comunicaron que Turquía no enviará más tropas a Afganistán.
En su reunión con el ministro turco de Defensa, Vecdi Gönül, Gates insistió en su anterior mensaje de que «Estados Unidos cree que esa ofensiva debe ser lo más corta y precisa posible». Pero el jefe del Estado Mayor del Ejército turco, Yasar Büyükanit, respondió que corto es un «concepto relativo».
«Corto es a veces un día, a veces un año. Hemos combatido contra el terrorismo [del PKK] desde hace 24 años. EE.?UU. combate el terrorismo en Afganistán desde hace muchos años. Esto es lo que le dije [a Robert Gates], que respondió con comprensión», dijo Büyükanit.
En Ankara, Gates también se reunió con el presidente Abdullah Gül y con el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, a quienes solicitó concluir la operación en Irak en breve y acompañar la solución del conflicto kurdo con reformas políticas y económicas. Sin embargo, admitió abiertamente a la prensa que no consiguió un calendario para la retirada, ni del ministro de Defensa ni de los demás máximos mandatarios turcos.
Según algunos analistas, las demandas de Gates enfurecieron a los dirigentes turcos. En declaraciones a la prensa, Gönül explicó que «bajo las actuales condiciones invernales [en Irak], la operación continuará hasta que las bases terroristas hayan sido eliminadas de la zona».
Naturaleza limitada
Tras el fracaso de Gates en Ankara, el presidente norteamericano lo respaldó desde Washington y pidió al Gobierno turco que ponga pronto fin a su incursión. Bush, que no quiso dar una fecha límite para la retirada, insistió en que la incursión debe tener una naturaleza «limitada y temporal, no duradera». Las tropas turcas, agregó, deben «actuar rápidamente, lograr sus objetivos y marcharse».
Por su parte, el Ejército turco prosiguió ayer con los bombardeos y lanzó miles de panfletos para convencer a los milicianos de que abandonen las armas. Según fuentes del PKK, las condiciones meteorológicas favorables han facilitado la reanudación de los ataques de la aviación y de la artillería turcas. La batalla se desarrolla en las zonas de Ava Shin, Zab y Basia, en el distrito de Amydi, al nordeste de la provincia de Dahuk, en el Kurdistán iraquí.
El ala militar del PKK hizo pública ayer la identidad de los únicos cinco rebeldes muertos que reconoce como bajas, mientras que el Ejército turco eleva a 230 sus muertos. Turquía celebró los funerales de los ocho soldados fallecidos ayer en los combates en el norte de Irak, en los que ya han caído un mínimo de 30 militares.