Un atentado con 38 muertos marca el fin de la campaña electoral en Pakistán

Colpisa / Afp

INTERNACIONAL

Un coche bomba que iba dirigido en Parachinar contra el partido de Bhutto causa una masacre.

17 feb 2008 . Actualizado a las 01:26 h.

Un atentado suicida contra el partido de Benazir Bhutto, la líder de la oposición paquistaní asesinada en diciembre, dejó este sábado 38 muertos y puso colofón a una campaña electoral marcada por la violencia. El atentado suicida, cometido con un coche bomba en Parachinar, localidad de las zonas tribales fronterizas con Afganistán, incrementa el temor a que se repitan nuevos actos de violencia hasta los comicios del lunes, una cita trascendental para la imagen de estabilidad que pretende dar el presidente paquistaní, Pervez Musharraf.

«El balance de muertos es ahora de 38», dijo el portavoz del ministerio de Interior, el brigadier Javed Chima, quien cifró el número de heridos en 93 personas. Chima explicó que se trató de un atentado suicida con un vehículo cargado de explosivos. Fuentes de los servicios de seguridad explicaron que el atentado con coche bomba tuvo lugar frente a la oficina del candidato local del Partido del Pueblo Paquistaní (PPP), que resultó ileso, según su familia.

El ministro de Interior, Hamid Nawaz, dijo que se trató de «un incidente muy desafortunado» y prometió las «máximas medidas de seguridad» para los próximos días, con el despliegue de 81.000 soldados alrededor de los 64.000 colegios electorales. Los militantes próximos a los talibanes y a Al Qaeda hicieron del 2007 el año más cruento de la historia de Pakistán, con más de 800 muertos. Teniendo en cuenta a las víctimas de este sábado, unas 140 personas han muerto en atentados desde el 1 de enero, 80 de ellas en actos electorales.

En Bajaur, una zona tribal vecina, una bomba estalló en un colegio electoral sin que haya constancia de víctimas, informó la policía.

Fuerzas del orden

En la ciudad de Hyderabad, en el sur, las fuerzas del orden anunciaron haber detenido a un hombre con un chaleco lleno de explosivos que se disponía a atentar contra un mitin. En el valle de Swat, en el noroeste, cerca de las zonas tribales, cuatro personas, dos soldados y dos civiles, resultaron heridas a causa de la explosión de una bomba.

Todo ello coincide con una intensificación de los esfuerzos para arrancar votos antes del límite de medianoche del sábado, momento a partir del cual están prohibidos los actos electorales.

El viudo de Bhutto, Asif Ali Zardari, que dirige el PPP, se reunió con el ex primer ministro Nawaz Sharif en Lahore para discutir la posibilidad de alcanzar acuerdos de gobierno si los resultados les favorecen. Si se hiciera con dos tercios de los escaños del parlamento, la oposición podría iniciar el proceso de destitución de Musharraf. En cualquier caso, Zardari ya avanzó que las elecciones estarán «amañadas» y no descartó sumarse a un «gobierno de consenso nacional» con Musharraf.

Las elecciones en esta república islámica y potencia nuclear de 160 millones de habitantes cobran especial importancia por la atención que les presta la comunidad internacional. Estados Unidos, que cuenta en Musharraf con un aliado en su «guerra contra el terrorismo», considera que los islamistas constituyen una amenaza contra un Estado esencial para la estabilidad de la región y que Al Qaida y los talibanes han reconstituido sus fuerzas en las zonas tribales.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, el demócrata Joseph Biden, defendió que Washington reduzca la «ayuda militar a Pakistán» si las elecciones resultan «manifiestamente amañadas».