Los observadores dan por válidas las elecciones en Georgia pese a detectar ciertas irregularidades

Rafael M. Mañueco

INTERNACIONAL

07 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Solo la intervención en la televisión pública georgiana, a última hora de ayer, del jefe de la comisión electoral, Levan Tarknishvili, anunciando la victoria del presidente saliente de Georgia, Mijaíl Saakashvili consiguió disipar las dudas sobre la necesidad de una segunda vuelta para decidir quién estará al frente del estratégico país de la antigua URSS.

Y es que, ayer, a medida que iba avanzando el escrutinio, se hacía cada vez más patente que Saakashvili se había apresurado al proclamar a los cuatro vientos su victoria en las presidenciales del sábado. Durante el recuento, a medida que llegaban las actas de los colegios, el presidente saliente se movía en la frontera fatal del 50%, listón por debajo del cual se vería obligado a medirse de nuevo el día 19 con Levan Gachechiladze, su principal adversario.

Finalmente, Levan Tarkhnishvili anunció que, con la práctica totalidad de los sufragios escrutados, excepto los de 43 colegios electorales fuera del país, Saakashvili había obtenido el 52,8% de los votos.

Para los observadores internacionales, los comicios fueron «libres y democráticos». Admitieron, no obstante, ciertas irregularidades, aunque, según ellos, no lo suficientemente importantes como para influir decisivamente en el resultado de la votación.

Los seguidores de Gachechiladze, el principal candidato opositor, que habría quedado por detrás de Saakashvili con un apoyo en torno al 27%, se concentraron el sábado al mediodía en una explanada del casco viejo de Tiflis, junto al río Mtkvari. Había no más de 10.000 personas y aguantaron el frío algo más de dos horas. Después se dispersaron pacíficamente.

Medidas de terror

Gachechiladze dijo a los congregados durante el acto que «pese a las medidas de terror aplicadas contra nosotros, hemos ganado», palabras que levantaron una fuerte ovación. Se refería en particular a la contundencia con la que fue reprimida, el pasado mes de noviembre, la protesta que él encabezó contra Saakashvili.

Tras reiterar que los resultados de los comicios «han sido amañados» y se impugnarán, llamó a sus partidarios a continuar con las movilizaciones mañana.

Pero tampoco esta vez parece que las autoridades del país estén dispuestas a permitir que la calle se desborde. Las arterias más importantes del centro de la ciudad y los aledaños del Parlamento, lugar habitual de encuentro de la oposición, permanecían ayer tomados por la policía. Cordones de agentes rodeaban además los edificios oficiales.

Durante la votación del sábado, los georgianos se pronunciaron también a favor del ingreso del país en la OTAN y de la celebración de las legislativas la próxima primavera.