Una británica, condenada a 40 latigazos en Sudán por llamar Mahoma a un osito de peluche

I. A.

INTERNACIONAL

Sus alumnos bautizaron al juguete con ese nombre durante una clase

27 nov 2007 . Actualizado a las 12:31 h.

Las autoridades británicas ponían a funcionar ayer la maquinaria diplomática para evitar que el Gobierno de Sudán cumpla la condena de 40 latigazos impuesta a una profesora británica por ofender el Corán. Gillian Gibbons, de 54 años, permitió que sus alumnos de 7 años bautizaran a la mascota de la clase, un osito de peluche, con el nombre de Mahoma.

Gibbons fue arrestada el pasado domingo en dependencias de la Unity High School de Jartum después de que, supuestamente, varios padres de alumnos presentaran una queja contra ella ante las autoridades educativas sudanesas. El centro escolar es privado y está dirigido por cristianos, aunque también se imparten clases a musulmanes.

Las autoridades británicas decidieron actuar con rapidez tras informar varios medios que grupos de jóvenes extremistas se manifestaron ante las dependencias policiales donde se halla detenida la británica, lanzando amenazas de muerte. Sin embargo, ayer por la noche la agencia Reuters desmentía que hubiera concentraciones en los alrededores de la comisaría.

El centro escolar imparte el plan de estudio británico, y tal como indicó su director, Robert Boulos, «este año tocaba enseñar a nuestros alumnos los animales y sus hábitats, en particular el oso». El pasado septiembre, Gibbons pidió a una alumna que llevara su osito de peluche al aula. Durante una de las clases pidió a los niños que bautizaran al osito con un nombre. Veinte de los 23 alumnos eligieron el nombre de Mahoma. A cada menor se le permitió llevar el peluche a casa durante el fin de semana para que apuntara lo que hacían con él.

El fiscal general de Sudán ha abierto un proceso contra Gibbons amparándose en el artículo 125 de la sharia, la ley islámica, que recoge los castigos por insultos a la religión. Otra posibilidad es que los latigazos sean conmutados por seis meses de cárcel o una cuantiosa multa.

Funcionarios de la embajada británica en Jartum se entrevistaron ayer con Gillian e indicaron que se encuentra bien, pero muy asustada. Un portavoz indicó que «los niños eligieron el nombre porque es muy común aquí, además ocurrió en septiembre y los padres no mostraron ningún problema cuando se enteraron». Algunas fuentes apuntaban que Gibbons pudo haber sido denunciada por envidia o venganza por una colega.