En la sede de Fonmiñá, se dieron cita ayer Arturo Dueñas Herrero, director de Aficionados, y varios de los actores del filme. Señala que su obra fue hecha tal y como él deseada y manifiesta que la base principal de la película radica en que los actores son los propios guionistas de sus personajes. Asimismo, aseguró que el montaje y las labores de posproducción han sido muy duros ya que la grabación no tenía ni guion técnico ni literario, solo una idea principal de como podría ser la trama, la cual carecía de diálogos establecidos y tampoco contaban con una programación previa de las secuencias, con lo que el montador y el director tuvieron que trabajar arduamente varios meses. A su vez, en la rueda de prensa se hizo alusión a la película de Jorge Coira, 18 comidas, ya que ambas cuentan con similitudes en cuanto a la improvisación de los personajes. Por la noche, se exhibió Aficionados en el Gustavo Freire, y el ritmo y los continuos cambios de los planos hicieron que los asistentes se sorprendiesen cada segundo de la película. Por otro lado, estaba previsto que estuviese presente Ramón Margareto, director de Memorias de un cine de provincia, pero finalmente no ha podido ser ya que el director se encuentra inmerso en su nuevo largometraje «Salamandras y Salamandros».