«A entrega é total e inmediata porque hay moitas necesidades»

Benigno lázare LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El párroco de Albeiros cumplió 89 y lleva medio siglo auxiliando a sus vecinos espiritual y materialmente

10 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Don Luis, Luís Soto Camino, cura párroco de San Lorenzo de Albeiros (o San Lorenzo de Lugo, según la denominación oficial), es de vocación tardía y firme. Ingresó en el seminario con 22 años, pero ahora, con 89, se mantiene en activo a tiempo completo, y así piensa seguir mientras Dios se lo permita. Enclaustrado en su diminuto despacho de la casa rectoral, los libros y los expedientes lo abarrotan todo: las cuatro estanterías, la pequeña mesa y cualquier objeto susceptible de soportar algún peso; se salva una máquina de escribir eléctrica, el artilugio más moderno que tiene a su disposición el sacerdote, junto con un teléfono. En el transcurso de la conversación llaman varias veces a la puerta y todas de gente agobiada que también necesita ayuda material.

Nació en Betanzos, pero al quedarse huérfano de madre, su padre regresó con los hijos a Lugo, su ciudad natal y en la que tenía familia. Luis Soto estudió magisterio y a los 22 años, con la carrera acabada, decidió ingresar en el Seminario y se marchó a Salamanca. Siete años más tarde era cura. «Non sei ben que me levou ao seminario, pero supoño que foron unha serie de cousas, como a morte dun irmán ao que lle levaba 15 meses pero que eramos como xemelgos. Iamos xuntos ao instituto e en sexto de Bacharelato morreu dunha tuberculose galopante; aquelo afectoume moito e fíxome reflexionar».

Algo tuvo que ver también en la decisión su pertenencia a Acción Católica, que gozaba de una gran implantación entre la juventud. «Peocupábanme as cousas espirituales e comecei a pensar se a miña vocación sería a de cura, e parece que si». En 1950, con 28 años, se ordenó sacerdote y asegura que desde entonces nunca más tuvo dudas acerca de su vocación.

Tuvo su primer destino en el municipio de Melide y diez años más tarde el obispo lo llamó para que se hiciese cargo de la parroquia de Albeiros, una de las cinco que fueron creadas sobre 1961, aunque en este caso fue una transformación, porque parte de la actual parroquia ya existía. «Consérvanse documentos de hai mil anos que xa citan a San Lorenzo de Albeiros», dice el párroco. A Luis Soto lo llamó el obispo para un destino posiblemente apetecible para muchos pero, aunque el no lo vea así, el encargo era una patata caliente porque, entre otros cometidos, tuvo que construir una iglesia que estuvo 20 años en obras.

Sin duda, el párroco de Albeiros tiene el récord de bautizos (700) y bodas de personas de etnia gitana. Su archivo lo atestigua, pero él lo explica señalando que durante años fue capellán y delegado de la diócesis para los gitanos. Ahora, a veces le vienen a pedir algún tipo de ayuda o a consultarle algo y, cuando le dicen los apellidos, ya sabe a qué familia pertenecen y como se llaman los padres.

Es duro decir que no

Don Luis asegura que algunos de los momentos más desagradables de su trabajo son cuando le vienen a pedir personas con muchos problemas y les tiene que contestar que ya no queda dinero. Desde hace días, en los fondos parroquiales disponibles para emergencias solo hay un euro, y ayer se lo tuvo que recordar a varios parroquianos. También tuvo que hacer gestiones para que una vecina intentase consiguir los 80 euros que deberá abonar hoy o mañana para no quedar en la calle, sola con hijos a su cargo. Para colmo, la nueva normativa impide que familias de A Garaballa se puedan seguir dedicando a la recogida de chatarra, salvo que se unan y formen una especie de cooperativa, algo poco probable, según reconoce el clérigo.

Tras medio siglo en la parroquia, ahora también con otro compañero, José Seoane, conoce perfectamente al vecindario de toda la vida. Es una gran ventaja para repartir los menguados fondos destinados a personas con grandes problemas, porque los jetas también abundan y a su puerta llaman de vez en cuando.

A menudo, a las nueve de la mañana ya le están timbrando y por la noche también lo hacen, y él está disponible siempre. «A entrega tén que ser total e inmediata porque hai moitas necesidades».

Antonio Luis Soto Camino

89 años

Cura, párroco de Albeiros

El elemental y atiborrado despacho, que no tiene hora de cierre