El fiscal pide para el imputado una pena de tres años de prisión
14 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Un mariñano se enfrenta a una petición de tres años de cárcel por un presunto delito de lesiones porque, supuestamente, ató con un cordel el pene a un menor para que no se orinase en la cama por la noche. El juicio tuvo lugar ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de la capital lucense. El acusado negó categóricamente los hechos.
El incidente ocurrió en la noche del 25 de julio de 2009 en un domicilio de Burela. El acusado se encontraba con su pareja sentimental, madre del pequeño de 5 años. Los tres se disponían a pasar la noche en la vivienda del acusado con el que no convivían habitualmente, pero iban a pasar el fin de semana.
De acuerdo con la versión del fiscal, el acusado acostó al menor en una habitación y, aprovechando que la madre se encontraba en otra estancia ató fuertemente con un cordel fino el pene del chiquillo con el fin de que éste no se orinara en la cama durante la noche. Supuestamente, permaneció en dicha situación toda la noche hasta que su madre descubrió lo ocurrido a la mañana siguiente cuando el pequeño entró en su habitación y éste se quejaba de dolores e hinchazón en su miembro. Ante esta situación, lo condujo a urgencias del Hospital de Burela. Como consecuencia de los hechos, el menor sufrió heridas consistentes en el denominado síndrome de torniquete en el pene, que requirieron para su curación 20 días, de los que cuatro fueron de hospitalización.
El acusado negó los hechos. Explicó que siempre trató bien al pequeño, entre otras razones, porque lo consideraba como su hijo. Apuntó que éste tuvo algún celo cuando empezó la relación con su madre, que todavía mantiene.
Esa noche acostó al pequeño e incluso le leyó un cuento. Al día siguiente se levantó temprano porque es aficionado a la caza y, a media mañana, recibió una llamada de su compañera desde el Hospital de Burela donde estaba con el pequeño. «No podía creerme que me estuvieran contando que el pequeño le dijera a la pediatra que lo atendió que fuera yo quien le até el cordón porque nunca le reñí ni castigué por hacer pis en la cama».
La madre declaró que, a la mañana siguiente de ocurrir los hechos, su hijo se levantó y fue a su cama y le dijo que no lo apretara abrazándole porque lo lastimaba. Miró lo que pasaba y vio el cordón. «Le pregunté qué había ocurrido y me dijo que él se lo había atado como adorno y que le estaba lastimando», apuntó. Seguidamente, lo trasladó al hospital para que le cortaran las ataduras. Dijo que se había quedado sorprendida cuando, luego, le comentaron en el centro que el pequeño había dicho quién le había efectuado la lesiones.
Otro de los testigos fue el abuelo paterno del pequeño. Explicó que el padre del niño había fallecido. Declaró que se enteró de lo ocurrido porque la madre del afectado lo llamó. Se presentó en el hospital donde el pequeño le aseguró que fuera el acusado quien lo ató.