El Miraz, a su servicio en la zona tranquila de la Rúa Nova

benigno lázare LUGO / LA VOZ

LUGO

13 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El Miraz, de la Rúa Nova lucense, es a la vez bar, restaurante y escuela de hostelería para los miembros de las tres generaciones de la familia que lo regenta desde hace 45 años, los Pereira y Sanjurjo. Los que traspasaron el negocio, José y Jesús Pereira Lage, no tenían ni idea cuando se pusieron detrás de la barra por primera vez. Al hijo del primero, Suso, lo pilló la pubertad sirviendo vino y cafés, y hace cuatro o cinco años también decidió quedarse en el negocio su hijo mayor, Óscar que echaba una mano desde la etapa de estudiante, como lo hace ahora su hermano Jorge.

A comienzos de la década de 1960 José decidió abandonar su parroquia de Miraz, en Friol, y marchar a Francia. También se fueron su mujer y su hermano Jesús. Ester regresó a los pocos meses porque no soportó estar separada de sus dos hijos de muy corta edad, que habían quedado con los abuelos y con unos tíos. Los dos hermanos se quedaron allí y llevaron la típica vida de emigrante en Europa: muchas horas de trabajo en la construcción, hacinamiento y gastos superfluos nulos, que era la única forma de ahorrar.

Al cabo de unos años regresaron con la pretensión de montar una granja, pero la fábrica de piensos que ponía la infraestructura tardaba bastantes meses en darles la concesión. El día que se enteraron de la demora se encontraron por la calle con un conocido, que les dijo que sabía de un bar en la Rúa Nova que se traspasaba.

Hablaron con el dueño y llegaron a un acuerdo, tras aceptar pagar más de 500.000 pesetas (3.000 euros) por el traspaso, una auténtica pasta en aquel 1966. Era el Bar Sin Rival, que probablemente por tomar el nombre tan al pie de la letra se había quedado sin clientes, con el prestigio por los suelos, y llevaba cerrado varios meses.

Le cambiaron el estrambótico nombre por el de su pueblo y, sin ninguna experiencia, José y Jesús se metieron detrás de la barra y Ester en la cocina. La primera etapa fue muy dura, y cuando llevaban medio año hubiesen recuperado de buen grado el dinero pagado por el traspaso. Sin embargo, las cosas empezaron a mejorar a medida que se iba borra+ndo el recuerdo del anterior bar. A la clientela habitual de Lugo se fue incorporando otra muy numerosa de los municipios de los alrededores, y sobre todo de Friol, que los días de mercado acudía a comer al Miraz.

«Daquela despachábase case exclusivamente viño a granel, branco e tinto, e brandi, pero da Rioxa e embotellado como agora non se vendía practicamente nada», señala Suso Pereira. Dice que en una sola jornada llegaron a despachar una barrica de 100 litros de vino de O Ribeiro, y era habitual que en una semana vendiesen entre 300 y 400 litros.

Durante mucho tiempo el bar abrió sus puertas todos los días del año, incluido el de las fiestas patronales de Miraz. Suso y su hermano Manuel ayudaban desde muy jóvenes cuando era necesario y el primero se quedó cuando finalizó el Bachillerato. Hace tres décadas se incorporó su mujer y cinco años más tarde lo dejó su tío para hacer realidad su viejo proyecto de montar una granja. José Pereira falleció hace años pero su hermano Jesús, ahora también jubilado, acude todos los días a dar una vuelta y a hacerle los recados que le pide el sobrino.

Además de Suso, Blanca y Óscar, trabaja una empleada y en determinadas fechas contratan a otra persona y cuentan con la colaboración del hijo menor, Jorge. En la segunda quincena de julio cierran por vacaciones, lo mismo que los domingos y festivos, pero a diario abren desde las 8 hasta las 22.30 horas.

Ester Sanjurjo Pereira.

Jesús Pereira Sanjurjo, Blanca Díaz Rodero, Óscar y Jorge Pereira Díaz.

Ester tiene 78 años; Jesús, 51; Blanca, 50; Óscar, 26 y Jorge, 19 años.

Hosteleros, y Jorge también estudia.