Satisfacción en Palas tras rematar 12 años de litigio por la mina de Merlán

Benigno Lázare LUGO/LA VOZ.

LUGO

05 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El colectivo de vecinos de dos pequeñas parroquias del municipio de Palas de Rei, sin capacidad de influencia ni de presión, Merlán y Hospital, consiguió hacer valer sus argumentos frente a una poderosa corporación industrial con ramificaciones internacionales, y evitó la apertura de una mina de cuarzo que afectaría a unos montes con un rico patrimonio histórico y cultural. Esta, en resumen, es la lectura que hacen los comuneros titulares de los terrenos, tras dar a conocer el Tribunal Supremo una sentencia en casación que cierra definitivamente la puerta a la citada explotación.

«Sen ser expertos nin ter posibilidade de influir ante ningún organismo, fomos capaces de conseguir que os intereses comunitarios se impuxesen aos dun holding con proxección internacional», señaló José Ramón Bruzos, una de las personas que desde un primer momento participó en el proceso de reivindicación de la conservación del monte comunal. Considera que el Tribunal Supremo «foi moi sensible á defensa do medio natural, dándolle importancia a uns restos arqueolóxicos que incluso non están excavados, e aos demáis valores, como o Camiño Primitivo».

Bruzos destacó que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ya había reconocido la prevalencia de los intereses comunitarios de los vecinos sobre los de la empresa Cuarzos Industriales, S.A. Pero la sentencia del Supremo todavía fue más allá, por lo que fue calificada de moderna, muy avanzada y proteccionista. Por el contrario, los vecinos están convencidos de que la actuación de la empresa fue decepcionante debido a que agotó el procedimiento pero no presentó alegaciones consistentes. Entienden que inicialmente pudo haber un exceso de confianza, al tramitar el departamento de Montes en Lugo la solicitud sin plantearle mayores problemas. Sin embargo, la decisión más importante dependía de Medio Ambiente, y en este aspecto la consellería reaccionó con rapidez y se puso del lado de los vecinos tras la presentación de alegaciones por parte de los comuneros, iniciando ambas partes un proceso paralelo de oposición a la mina de cuarzo y defensa de los valores patrimoniales y culturales del monte.

Doce años de lucha

Aunque con antelación ya habían sido realizados algunos intentos de conciliación que los vecinos consideran simbólicos, el proceso judicial duró 12 años. Los comuneros están haciendo balance y aún desconocen el gasto generado por la defensa de sus intereses, si bien consideran que será importante. En este sentido, también entienden razonable que se hayan cargado las costas judiciales a la empresa.

Según José Ramón Bruzos, en Merlán y Hospital están convencidos de que Cuarzos Industriales nunca tuvo una intención real de negociar con ellos para llegar a un acuerdo. Sospechan que se limitó a propiciar que el proceso siguiese adelante y que generase un desgaste. Este representante vecinal calificó de ridículo el argumento de que el futuro de una multinacional de este calibre estuviese vinculado a la explotación de la mina de Palas, que significaría un porcentaje mínimo de su facturación.

Por su parte, tanto el alcalde, Fernando Pensado, como el portavoz socialista, Horacio Rouco, manifestaron por separado la satisfacción de sus respectivos grupos. El alcalde señaló tres motivos fundamentales: la oposición vecinal, el deterioro del paisaje en As Seixas y la circunstancia de que pase por allí el Camiño Primitivo.

El edil socialista también situó en primer lugar el interés general de los vecinos y la afectación del patrimonio medioambiental, histórico y cultural, que prevalecieron sobre lo económico.