Trajes a medida que visten a Blanco o Pizarro desde Lugo

LUGO

Un joven sastre barcelonés de origen gallego regenta una sastrería exclusiva en el Gran Hotel desde hace unos meses

28 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«El sastre tiene la capacidad de crear una pieza única y adaptada a las necesidades de cada cliente, y aunque la sastrería es una profesión de siempre tiene que evolucionar». La cita podría ser de un gurú de la alta costura, pero la pronuncia Juan Carlos Veiga López, quien a sus 34 años es uno de los sastres más jóvenes del país. Formado en el prestigioso Club de Sastres de España, entre sus clientes destacan ya personalidades del mundo económico, político y empresarial, como el ministro José Blanco, el empresario y ex diputado Manuel Pizarro o directores regionales de bancos y cajas. Lo curioso es que Juan Carlos nació y creció en Barcelona, vive en Sobrado dos Monxes, de donde son sus padres -«el pueblo de mi corazón», subraya-, y tiene su exclusiva sastrería en el vestíbulo del Gran Hotel de Lugo.

Tras regentar la sastrería a medida de unos grandes almacenes, fue «fichado» por uno de los talleres más importantes y lujosos de la ciudad Condal, que ha vestido, entre otros, al Rey, a Emilio Botín, a Juan Antonio Samaranch o a Jordi Pujol. «Hace un año mi inquietud me llevó a abrir mi primera sastrería en Lugo», indica. Gracias al puente aéreo que une El Prat con Lavacolla y Alvedro, de martes a viernes trabajaba en Barcelona, y los sábados y lunes en Lugo. Hace medio año «la demanda» le hizo asentarse en la urbe amurallada; pero sigue viajando a Madrid, donde tiene taller propio, para atender y probar a sus clientes trajes, pantalones, camisería, etiqueta -esmoquin, chaqué, frac-, abrigos e incluso chaquetas de punto. Todo a medida. Y también para mujer.

Juan Carlos tiene cada vez más «cliente joven» y cree que un traje a medida es un lujo asumible. «Nuestros precios arrancan en lo que cuesta un traje de confección, unos 1.000 euros». Son unas 65 horas de trabajo. «Ofrecemos una prenda realizada a mano y creada de forma individual. El patrón se dibuja a mano, la tela se corta a mano, y la prenda se construye, se cose y se plancha a mano». Juan Carlos se considera afortunado por defender una profesión «en decadencia». «En unos pocos años -avanza- solo quedarán 4 sastres en España». Confía en que él será uno de ellos. Y desde Lugo.