Los nuevos grados logran ajustar la oferta y la demanda de las carreras

LUGO

14 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Las universidades gallegas empiezan a equilibrar la demanda y la oferta. La reorganización de carreras a la que obliga la llamada Declaración de Bolonia ha conseguido despertar el interés del alumnado, y en las universidades de A Coruña (UDC) y Santiago (USC) -Vigo aún no facilita las estadísticas de matrícula por titulación-, solo ocho estudios no lograron llenar las plazas que ofertaban a los jóvenes que acceden a la universidad.

En la UDC eran cuatro titulaciones, según el informe de la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CIUG), pero la propia institución académica ha confirmado que el título de Ingeniería en Informática ya llenó su cupo. En Santiago son cinco carreras las que continúan a estas alturas con plazas vacantes. En Vigo, según los datos de la CIUG, había hace un mes 27 titulaciones con plazas vacantes, pero la universidad todavía no publicó la actualización de estas cifras.

En total, en el campus compostelano los últimos datos reflejan en torno a 80 plazas vacantes, y en el herculino unas 150, la mayoría en el grado de Ciencias Empresariales. La mayor adecuación entre oferta y demanda se produce pese a que este curso ha habido un aumento muy considerable de titulaciones con límite de plazas, lo que abre más posibilidades a que haya vacantes (en donde no hay límite no pueden sobrar puestos).

La Universidade de Vigo era la que presentaba más plazas libres en base a los datos de la CIUG, aunque posteriormente se abrieron nuevos períodos de matrícula. La diplomatura en Ciencias Empresariales del campus vigués, con más de 150 vacantes, y algunas especialidades de Ingeniería Técnica Industrial son las que se llenaron menos.

Númerus clausus

Al establecer un número limitado de plazas en una carrera se pretende evitar el exceso de oferta de algunas titulaciones por varios motivos, ajustarse al mercado laboral, u organizar la propia docencia, que fundamentalmente en carreras técnicas necesita tener una estimación de alumnado para disponer de recursos suficientes.

La poca demanda de algunos estudios y el descenso demográfico de alumnos empujaron a las universidades a eliminar estos númerus clausus, y mantenerlos solo en titulaciones con lista de espera. Un ejemplo: en el año 2000 tenían nota de corte 130 carreras; en el curso 2004-2005, solo 108, y en el 2007-2008, 83. En este, la cifra ha vuelto a subir, y lo ha hecho de forma considerable. La nueva estructura de las carreras, con un mayor contenido práctico y en las que se reduce el número de estudiantes por grupo, ha llevado a recuperar los límites de plazas. Son 102 titulaciones este curso, casi veinte más que hace dos años. Y pese a lo que pudiera esperarse, el número de vacantes no se ha multiplicado.

Los datos de nuevo alumnado son, en general, positivos para las universidades. En A Coruña se alcanzan este curso 4.586 estudiantes de primer curso, un 6% más que el año anterior, contando con grado y posgrado; mientras que en la de Santiago la matrícula de alumnos nuevos, aunque en este caso solo de grado, sube un 3,6%, pasando de 5.090 a 5.273. En Vigo también se experimenta una subida del número de alumnos, en este caso en su totalidad, pasando de 22.300 a algo menos de 22.500.

Las tres universidades presentan este curso una matrícula global de más de 75.000 alumnos. A la cabeza se sitúa la de Santiago, con casi 29.000, le sigue la de A Coruña, con 24.237, mientras que Vigo se queda, según los últimos datos, en poco menos de 22.500.