Del «efecto explosivo» de la crítica en EE. UU. al desembarco de enólogos de primera fila

La Voz

LUGO

29 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El reportaje de Gerry Dawes recoge las impresiones y notas de cata de su última visita a la Ribeira Sacra, que realizó el pasado mes de julio aprovechando un viaje a Galicia para pregonar la feria que organiza en Meaño la Asociación de Bodegas Artesanas de O Salnés. Durante su estancia, el autor del artículo tuvo oportunidad de conocer nuevos vinos y bodegas, como la que puso en marcha en Manzaneda Javier Domínguez -hermano del diseñador Adolfo Domínguez-, con el que meses después compartiría en Nueva York una botella del tinto Lalama en el restaurante Boquería Soho.

Encontrar una etiqueta de Ribeira Sacra en un restaurante de postín de alguna ciudad estadounidense ha dejado de ser todo un acontecimiento. Dawes lo atribuye al «efecto explosivo» que han tenido reportajes sobre la viticultura en bancales como el publicado por Eric Asimov en The New York Times o las puntuaciones concedidas a algunos vinos elaborados en esta denominación de origen en The Wine Advocate , la revista que edita Robert Parker, cuyo peso en la distribución de ese país aún es determinante.

A la hora de valorar la progresión y las expectativas de la Ribeira Sacra como denominación de origen emergente, Dawes también se hace eco del desembarco de importantes enólogos, como Raúl Pérez, artífice de la entrada de los vinos de la zona en The Wine Advocate ; Sara Pérez y René Barbier, asesores de Dominio de Bibei; el francés Dominique Roujou de Boubée, contratado por Ponte da Boga; o el prestigioso bodeguero de Rías Baixas Gerardo Méndez (Do Ferreiro), que colabora con las Bodegas Losada Fernández y acaricia desde hace tiempo la idea de elaborar su propio vino en la Ribeira Sacra.

El crítico estadounidense se hace eco de los 98 puntos que dio The Wine Advocate al vino El Pecado, de Raúl Pérez, asesor de las bodegas Guímaro y Algueira y socio del también enólogo Luis Buitrón en la bodega Chao do Couso. Aunque Raúl Pérez se define como un «enólogo de viña», Dawes hace un juego de palabras y dice que también podría presentarse como «enólogo de prensa », por su creciente tirón mediático. Tanto es así, sugiere en el artículo, que el reclamo «elaborado por Raúl Pérez» ensombrece a veces a la propia denominación.