Entre los magos que estos días están repartiendo ilusión por toda la ciudad se encuentra Román García (A Coruña, 1977), que en la noche de ayer actuó en el Mesón do Forno.
-¿Por qué se caracteriza su espectáculo?
-Aquí en este local, en el que cuento con un público no muy numeroso, pero tampoco reducido, haré lo que se conoce como magia de salón. Se trata de un espectáculo que tiene mucho de comedia, de participación de la gente, pero también con efectos visuales. Lo que intento es entretener.
-¿El espectáculo varía en función del público?
-Hay magos que trabajan para un público principalmente infantil, también los hay que actúan en exclusiva para poetas. La magia que yo hago es sobre todo para adultos, para un público familiar.
-¿Cómo sabe un mago si lo que está haciendo le gusta al público?
-Hay muchos indicadores. El principal es el aplauso, aunque puede ser provocado. También están la risa y las exclamaciones de fascinación, pero sobre todo los comentarios. A mí me gusta hablar con los que vienen a ver mi espectáculo e incluso con otros magos.
-¿A los magos como a los cantantes también les piden bises?
-En la magia no es tan habitual, pero yo lo agradezco, sobre todo porque en la actuación de un mago un bis es más espontáneo que en una actuación musical.